REVIEW SÓNAR 2024
Air, Kaytranada y muchos más

Del 13 al 15 de junio, Buenos Aliens volvió a decir presente en el festival Sónar Barcelona, que se reafirma año tras año como faro indispensable no solo de la escena electrónica global sino de diversas expresiones artísticas, con destacadas apariciones de Air, Kaytranada, Floating Points y Kerri Chandler, entre muchos otros.

Allí todo es de dimensiones inmensas, y sin embargo también tienen el foco puesto en escenas hiperlocales. Fuimos testigo de un montón de presentaciones, charlas, dj sets, shows en vivo, bandas, instalaciones y hasta performances teatrales. Hubo más de 250 actividades. Acá un resumen variado de lo mejor que vimos.

Blackhaine: quizá lo más visceral que vimos, la performance de Tom Heyes en Sónar Hall fue una sensación difícil de olvidar. El show comenzó con un set de noise in crescendo con visuales en base a una filmación casera. El humo y la intensidad ya se presentaban como algo clave durante la experiencia. Heyes irrumpió con la cara cubierta a puro grito desgarrador y comenzó su coreografía influenciada en la danza butoh, expresión surgida durante la denominada era atómica. Una de las influencias de estos movimientos fueron las cruentas imágenes de los resultados del uso de armas de destrucción masiva, y lo frenético y errático de Heyes generó un contraste con el contexto que resultó magnético para la audiencia. El set pasó por las profundidades del doom, noise, drill y aledaños, y Blackhaine supo retorcerse con el cuerpo representando lo más bilioso de la condición humana. Hubo colaboradores a cara tapada, algunos filmando para las visuales en vivo, y otros revolcándose por el piso entre el público. El uso de las cámaras de video generando un efecto de espejo con la proyección en el escenario fue remarcable, así como también el momento luminoso cerca del final con una canción de índole emotiva.

Air: nuestro comienzo de Sónar Noche no pudo haber sido más suave. El dúo francés, de gira aniversario por su legendario disco Moon Safari, fue uno de los platos fuertes, y congregó a una multitud en Sónar Club. Tocaron su aclamado álbum de fines de los '90 de principio a fin, en una de las escenografías más dedicadas que vimos en el festival: una estética similar a la icónica tapa de su álbum '10 000 Hz Legend', con mapping dentro de la cápsula en la que se encontraban, generando un clima visual óptimo. Acompañados de la batería de Louis Delorme, mostraron un sonido sólido y más completo que el que les vimos en su presentación en Buenos Aires hace 15 años. También hubo espacio para temas de su banda de sonido de Vírgenes Suicidas, de su trabajo Talkie Walkie, y por supuesto cerraron con Electronic Performers.

¥ØU$UK€ ¥UK1MAT$U: Yousuke Yukimatsu la tiene atada. Su técnica detrás de las bandejas es única, y redefine el concepto de 'lo ecléctico'. Navegando entre los géneros más dispares, Yousuke capturó la atención de la escena rave global en base a su approach feroz y auténtico del arte de mezclar música. Lo que vimos fue un fiestón total en el Sónar Park, que nos dió a pensar que quizá hubiese necesitado un lugar más grande. Sonó techno, bounce, música de club de otro planeta, oscilaciones en el BPM que dieron vértigo, y un nivel de construcción de momentums destacable. Yukimatsu estuvo efervescente, y lo pudimos ver dos veces. También cerró la performance variopinta y teatral de 6 horas del colectivo Asian Dope Boys en Stage+D. Terminamos Sónar Día el sábado con 'Purple Rain' de la mano de Yukimatsu, bailando bajo un tardígrado gigante suspendido en el techo. Trascendente.

Kaytranada: lo del productor canadiense de raíces haitianas fue descomunal. A mitad de la noche del viernes en Sónar Pub presentó su último trabajo ‘Timeless’, editado hace pocos días. Su set AV fue lisérgico, y tuvo un dominio total del escenario, llevándonos por su propia deconstrucción rítmica basada en samples. Funk futurista, R&B, house, hip-hop, disco, una selección fina, y un nivel de MC experto en manejar y confundir multitudes. Sutil, divertido y atrapante, su maestría en la mezcla le permitió a Kaytranada volver loca a una audiencia en base a rítmicas low key. De lo mejor de la noche.

Loraine James: su debut en Sónar la encuentra en un punto fantástico de su veloz trayectoria. Comenzó con tracks de Gentle Confrontation, su último trabajo en Hyperdub, y la primera mitad de su set tuvo momentos cinematográficos entre melodías dulces y beats intrincados. Armando capas sonoras de sintes a veces densos y a veces frágiles, Loraine James construyó patrones llenos de glitch y breaks. Las visuales de rascacielos y estructuras brutalistas de Alessandra Leone acompañaron la presentación, que llegó a otro nivel durante la segunda mitad de la mano de Fyn Dobson en batería, con quien tocaran juntos por primera vez hace menos de un año. Ampliando el enfoque de jam en vivo que Loraine tiene en sus shows, el set fue una delicia para los amantes del lado más leftfield e IDM de la música electrónica.

Hubo momentos de rap con Vince Staples, impro teatral y fiesta con el colectivo neoyorquino Club Cringe, y la fusión trap-tread/reggaetón de La Goony Chonga. Y como en un caleidoscopio audiovisual, el Sónar también nos hizo viajar a través de la clínica experimental de percusión de Valentina Magaletti y la artista visual Theresa Baumgartner en una co-curación con el festival Berlin Atonal; sumergirnos en los kicks sincopados del bosque techno analógico de Surgeon y Speedy J; bailar con la fiesta rave llena de acid de Verushka; perdernos en las texturas disonantes del piano de Laurel Halo junto al cello procesado de Leila Bordreuil; hipnotizarnos con las fantasías minimalistas del piano de Kelly Moran, flashear con el show de rayos lásers de Hamill Industries durante el live de Floating Points; y finalizar con una masterclass de mix con cintas reel-to-reel de Kerri Chandler, que llenó de house del bueno la última madrugada del evento.

De jueves a sábado, más de 150.000 personas se congregaron en Sónar Día y Sónar Noche, orbitando entre Fira España y Fira Europa en la capital de Catalunya. Con decenas de entidades colaboradoras, privadas y públicas, el festival es una convergencia perfecta entre pasado, presente y futuro de la música moderna y las innovaciones tecnológicas que la acompañan. Podemos decir que fue una de las ediciones más consistentes de Sónar.

Nota: Paranoid
Fotos: Festival Sónar

Enlaces:
Web de Sónar