HERNÁN CATTANEO
El armado de la puesta con drones
En el mes de diciembre Hernán Cattaneo realizó dos shows en la ciudad de Mendoza con una novedosa puesta visual que incluyó un show de drones. Nos encontramos en una charla con Walter Buchholz -responsable de la puesta- para conocer en detalle como fue el trabajo para llevarla adelante.
- ¿Cómo fue el proceso creativo que llevó a concretar la puesta?
El comienzo del proceso creativo fue inmediato, tras el último show del año pasado nos juntamos y nos preguntamos qué fue lo que más gustó, y especialmente que se podría mejorar, y en menos de 12 hs ya estábamos pensando las ideas claves para el próximo show. Como el cambio de ubicación del stage, que generaba gran cantidad de modificaciones que había que adaptar.
Teníamos claro que la mejor opción para la experiencia que estábamos buscando era superar la estética de megapantallas por detrás de los artistas. El cambio de ubicación nos dio un fondo natural diferente al que teníamos las últimas ediciones, en esta ocasión teníamos de fondo el dique y más atrás unas elevaciones montañosas más suaves las cuales queríamos integrar al stage.
La idea general, se fue depurando los primeros meses, y cuando ya estábamos avanzados, pude proponer nuevamente, la posibilidad de utilizar la tecnología de drones con iluminación para que tengan una participación dentro del espectáculo. Generé un video explicativo con el story telling con la propuesta general, el porqué del formato del escenario, los monolitos, los espejos, los movimientos y de postre el uso de los drones. Y allí fuimos a presentarlo y defenderlo ya que veíamos el potencial de este formato disruptivo.
Una vez que logramos la aprobación del proyecto, comenzó el trabajo más fino para la realización técnica como la artística del proyecto. Todo lo que se vio de imágenes en los monolitos, luego de contarles la idea general, fue generación exclusiva para los dos días de show por parte de artistas digitales de Mendoza, con los cuales venimos trabajando en las últimas ediciones.
- ¿Cuáles fueron los principales desafíos técnicos a la hora de implementarla?
Los principales desafíos técnicos fueron muchos y variados para implementar una puesta de esta envergadura de nivel internacional para sorprender al público de todo el país y Latinoamérica.
Por ejemplo, poner el sonido en las torres de estructura tradicional rompía con todo el formato y la pureza del diseño. Conseguí un proveedor que tenía recién llegadas unas estructuras de colgado de sonido que se acomodan a la estética de nuestro diseño, que hacían necesario el uso de una grúa hidráulica y sumaba complicaciones para el montaje, además de necesitar aprobar los requerimientos de seguridad que tiene Mendoza como zona sísmica.
Otro gran desafío fue el movimiento de los monolitos, ya que se evaluaron distintas posibilidades y formatos. Resolver todas las dificultades que se plantearon para que la idea sea realizable llevó muchas idas y vueltas, unas cuantas reuniones, marchas y contramarchas hasta llegar a una idea consensuada y realizable.
Se fabricó un monolito completo para ver la viabilidad de todas las ideas que estaban en planos y que realmente funcione, ya que había que hacer 40 más para la puesta completa.
Debajo de escena desarrollamos otro escenario, y otra barrera técnica a superar fue coordinar con los artistas que estaban en cada monolito, 50 bailarines que eran los encargados de los movimientos. Para poder dimensionar el trabajo que tenían para realizar, se hicieron ensayos en un galpón en tamaño real con versiones simplificadas de los monolitos para que pudieran ensayar los movimientos y la coordinación. La idea fue evitar cada vez más la automatización y valorar la espontaneidad, por eso cada performer tenía un auricular con la música en vivo así como las indicaciones que recibían del director para los diferentes movimientos y secuencias que le iba pidiendo a medida que transcurría la función.
Cuestión drones, un mundo aparte ya que se terminó decidiendo trabajar con una empresa internacional con residencia en Dubai, con personal ruso que nos comunicamos en inglés. En general se realiza un show de drones y lo que estábamos planteando era una vuelta de tuerca, ya que queríamos que los 460 drones, sincronizados con la música, se integren a la experiencia del público y no un show independiente. Por la complejidad y exigencia estuvieron 5 días antes haciendo pruebas de vuelo, seteos y otras cuestiones técnicas.
- ¿Cuánta gente y que set up fue necesario?
Fue un gran trabajo de equipos de distintos proveedores que tuvieron que interaccionar ya que, dentro de un mismo elemento, como por ejemplo los monolitos, se mezclaban distintos proveedores como, video, iluminación, realización, artistas, estructuras y la producción. Tengo que destacar el compromiso, la predisposición positiva a los cambios que fueron surgiendo y el mantener la confidencialidad de lo que estábamos realizando para que la experiencia del público sea la buscada.
En la previa del armado se involucran muchas personas, durante el show se suman otros equipos, para estos dos días de show hubo mucho más trabajo que lo que el público se imagina, para que tuvieran una experiencia de nivel premium y vivieran una experiencia sensorial que se llevarán como recuerdo dentro de un marco único que es Potrerillos.
- ¿Cuál es el balance que haces del proyecto?
El balance es todo positivo, realmente estoy muy feliz de haber tenido la posibilidad de liderar la realización de un gran proyecto artístico con un gran equipo de personas, que como remarco continuamente, se comprometió al 110% con el proyecto, solo había aportes positivos, mejoras y son los que lo hicieron posible.
Fueron muchos días de trabajo, charlas, reuniones, discusiones, algunas frustraciones… Pero realmente valió el esfuerzo ya que, desde nuestro lado, le sumamos a la experiencia que vivieron todos los asistentes a estos dos días de música en la montaña.
Entrevista: Damián Levensohn
Enlaces:
Walter Buchholz en Instagram
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