FRANCO BIANCO
"Vivo 6,7,8 meses en Europa"

Entrevista JUE 30 OCT 2014

- ¿Cómo fue el proceso creativo de En Lo Profundo?

En Lo Profundo es mi séptimo disco (y mi tercero en formato 12"). Con variantes, todos implicaron un hondo compromiso con ese mundo confuso que uno lleva adentro y quiere ver destilado en la pista de baile como agua transparente. Diría que lo que intento es colocar mi producción entre lo leve y lo intenso, no como preeminencias en disputa sino como trabajo conjunto. Esto ya estaba en mi disco anterior (2011), en el que re mezclamos junto a Nacho algunas canciones de Jorge Drexler. Ya estaban allí mi deseo de ubicarme fuera de cualquier purismo y de cualquier encasillamiento musical, buscando un público sin clase social ni posición política definida, aún cuando yo asuma la mía. En Lo Profundo sigue esa línea de búsqueda, alejada de preconceptos o prejuzgamientos, pero con honestidad y pasión.

-El release cuenta con interesantes remixers como John Tejada, Gabriel Ananda, Cari Lekebusch o Bruno Pronsato. ¿Cómo fue la selección de los artistas?

La hizo Raffaella (mi pareja). Ella maneja los sellos discográficos, los demos, medios y la prensa. Con total solvencia. Lo viene haciendo desde hace años. Los artistas que hicieron las reversiones de mis originales, son todos artistas que te vuelan la peluca. Un gran orgullo para mí.

-¿Cuál es la actualidad de tu residencia en Europa?

Residencia, lo que se dice residencia, no es. Ahora alquilamos una casa en las montañas en la triple frontera entre Suiza, Francia y Alemania. Es más saludable y más barato que en las ciudades más grandes y en esta etapa de mi vida, es lo que necesitamos. Desde el 2008 vivimos 6,7,8 meses en Europa y el resto en Argentina. Lo de 6,7,8 no es casual. A algunos no les cierra esta doble "locación". Ven una contradicción que a Raffaella y a mí nos alimenta y enriquece sin desmerecer nuestro compromiso con el proyecto político que gobierna la Argentina. Nuestro corazón está allá. A veces de lejos se ama más. Y más cuando comprarás lo que pasa en Argentina, en Bolivia, en Ecuador, con lo que pasa acá, en Europa, un continente que supo inventar la democracia y al que ahora no se le ocurre otra cosa que hacer el más obsecuente seguidismo en la política exterior de EE.UU., basada en el terrorismo en gran escala y la guerra económica. Personalmente he aprendido mucho en este cruce de mundos, supuestos desarrollados, supuestos subdesarrollados... Nuestro deseo igualmente, es instalarnos en Argentina de acá a algunos años, cuando sea el momento de ampliar la familia. Si hay algo que tenemos claro, es que nuestro hijo/a se educará en Argentina, en la escuela pública y en una sociedad igualitaria e inclusiva a la que esperamos contribuir.

-¿Cuáles fueron las razones por las que te instalaste al menos una buena parte del año en Europa?

Por obvias razones laborales, por mis presentaciones acá. Una de las cosas más gratificantes de esta profesión es que te pone en contacto con nuevas culturas y desafíos. Tengo amigos muy queridos en varias capitales con los cuales, más allá de las presentaciones, siempre hay tiempo para charlar, conocerse y tejer relaciones muy valiosas. Otra razón es que, además de mí representación, Raffaella tiene una empresa de PR que atiende a otros artistas, casi todos residentes aquí con los que mantiene una relación de trabajo directa con más de 300 sellos discográficos.

-Sos un artista que le da mucha importancia a la difusión y presencia en redes sociales.

Ilógico seria no darle crédito a esta nueva etapa tecnológica de difusión, como así, al trabajo que hace Raffaella quien es la que se ocupa de mi exposición frente a estos nuevos modos de comunicación. Ella estudió en Ginebra, Basilea, Roma y habla 7 idiomas. Todo lo que es prensa, marketing y difusión sobre mis contenidos en las redes sociales, se lo debo a su gran compromiso con mi carrera desde un primer momento y le voy a estar eternamente agradecido por esto y mucho más, siempre.

-¿Sentís que tu arte evidencia tu pensamiento político? ¿De qué manera?

No puedo disociar la dimensión individual de la social. Asumo el riesgo. Como dice el Diego: Le guste a quien le guste, y le pese a quien le pese.
Mi adolescencia transcurrió en pleno neoliberalismo, vaciado de esa dimensión esencial de la existencia que es la del encuentro con el otro, incluso con el diferente. Por entonces, escuchaba Señor Cobranza y sin entender bien por qué lo cantaba a los gritos y se me ponía la piel de gallina. Cuando apareció ese marciano, Néstor, al principio, ¿cómo creerle? Me parece ayer cuando en 2001, con familiares y vecinos cortamos Echeverría y Libertador donde vivíamos y al poco tiempo el gentío que se formó se puso en marcha. ¿Hacia dónde, para qué? No se sabía. Alguien tiró: a la quinta de Olivos, y allá fuimos. Y cuando a las 2 de la mañana llegamos éramos un inmenso mar de ciudadanos aun incrédulos de sí mismos recitando el "que se vayan todos". En ese contexto aparece el marciano. Y cuando el 7D (que finalmente fue 9D), con Raffaella nos sumergimos en la multitud que colmaba la Plaza de Mayo, entre La Campora y el Movimiento Evita y escuchamos a Cristina terminamos a los abrazos y llorando con compañeros de distintas agrupaciones. Y al día siguiente soportando a parientes que preguntaban incrédulos: "Pero cómo ¿fueron a la plaza? ¿Con la negrada?". Este gobierno es la contracara del neoliberalismo, del 2001. No sólo te dice que otro mundo es posible sino que pone manos a la obra y lo hace. Viniendo de una Europa entregada y sin sueños, este baño de "populismo" es de una emocionalidad altísima. ¿Cómo vivirlo sin proclamarlo a los cuatro vientos? ¿O acaso la música no es felicidad? Claro que soy consciente que este sentimiento rebasa el universo habitual de la música electrónica, pero decidí asumirlo. Así en el 2011 surge esa canción dedicada a la generación del bicentenario, donde uso una base que debió salir "del subsuelo de la patria sublevada", como dice Scalibrini Ortiz, para darle apoyatura a uno de los discursos más fuertes de Cristina, el que pronunció en pleno conflicto con el campo.

La obsecuencia no es lo mío. Este gobierno pudo haber cometido muchos errores. El que hace, comete errores, pero tiene huevos y me hace soñar. Cuando a mi alrededor nadie creía en nada, me enseñó que la única batalla que se pierde es la que no se da (o la que se abandona). En un mundo dominado por la violencia y la obsecuencia hacia los más fuertes, hizo todo lo que hizo (la lista es larguísima), sin reprimir nunca las protestas sociales. Y lo hizo sin odio, con una sonrisa. Por ahora, nadie me dio tanto.

-¿Crees que estando más de la mitad del año en otro continente, podés ser totalmente conciente de la realidad del país?

Tu pregunta me sirve para contestarle a aquellos que desde veredas opuestas me critican con ese argumento. En primer lugar estoy seguro que si mi posición política coincidiera con la de ellos, la festejarían sin importarles mi lugar de residencia. En segundo lugar, uno está donde está su corazón. Cortazar reconoce que quizá nunca hubiera comprendido la realidad social de su país de no haber vivido en París y viajado por el mundo. Gelman recuperó a su nieta desaparecida viviendo en México y trabajando para Naciones Unidas. Tercero, hoy con internet a veces estoy más informado que muchos amigos comprometidos que residen en Argentina. A veces, estar muy metido en la cosa no te permite tomar distancia. Cuarto, hay compromisos que son universales. Nunca pisé Gaza ni necesito hacerlo para decidir de qué lado estoy. Pero volviendo al primer punto, te diría que percibo un resentimiento. ¿En qué consiste? En que algunos no soportan que alguien que viene de abajo o que simpatice con "la grasada" viva en Suiza. Tomo una frase de Daniel Santoro (el pintor) que dice: la xenofobia es el fantasma neurótico del goce. ¿Qué quiere decir? Que para esa gente el goce es de los ricos, no de los pobres. Que el mundo se les viene abajo si dejan de ser ricos y los pobres dejan de ser pobres. ¿Cómo no acordarse de las carteras Vuitton de la presidenta? ¡Qué se cree! Para ellos, el bienestar de los pobres es un gasto. ¿Asignación universal por hijo?: Se va por la canaleta de la droga. Pero ojo: también son la Argentina, con los mismos derechos, incluso de odiar. Qué se le va a hacer... Yo tiendo la mano y espero.

-Decís que estas informado vía internet ¿Hablas de medios de comunicación? ¿Redes sociales?

No tengo TV. Por internet veo RT en Español (mi principal fuente de información junto con TeleSur). De Zurda literalmente HIZO mi mundial. Me gusta mucho lo que sube Telam en su canal de YouTube. El único programa que miramos junto a Raffaella cuasi religiosamente es TVR. En prensa escrita: todos los días Infonews, Página, La Nación y Clarín.

-¿Cuánto tiempo ocupa la música en tu vida?

La música es vital para mí (y creo que para cualquiera que haya sido educado para manifestar su sensibilidad). Por lo que sé, los humanos hacemos música desde antes de descubrir la agricultura. No es un dato menor. No concibo mi vida sin la música, sin la libertad de dar, de intercambiar. Gracias a la música recorrí el mundo, me hice de amigos, conocí a Raffaella y puedo expresar mis sentimientos.

-Teniendo en cuenta los años que tenés de actividad, se podría decir que no tenes un número muy grande de lanzamientos editados. ¿A qué se debe?

No sé... No creo tener tantos años en la actividad, ni tan pocos lanzamientos. Si bien mi intención es un disco cada dos años, al momento tengo editados -en distintos formatos- nueve discos de estudio y uno en vivo. Y si hay algunos a los que no les di manija es porque en el fondo no me vuelven loco. Soy consciente que la tendencia dentro del ambiente es editar mucho para "estar", lograr cierto "status". Yo no entro en esa compulsión inducida por la industria o los productores. Prefiero tomarme mi tiempo, buscar y trabajar lo que siento y si no sale redondo, esperarlo, dejarlo respirar. Si la cosa tiene alma, en algún momento se manifiesta. Y si no, que siga de largo. Creo que el problema de la industria hoy (y no sólo de la música electrónica) es el de dar con las gemas en medio del barullo sin alma que muchas veces terminan generando tantos nuevos productores en la desesperación por figurar.

- Qué te "vuelva loco" ¿No es un requisito que te pones antes de editar un trabajo?

Negativo intenso. Trato de acompañar a quienes quieren dejarse llevar por la música, ir por su equilibrio, dar con un estado de exaltación o de paz interior. Por ese camino, yo mismo me voy dejando llevar. Al final, crear es dar con ese punto móvil donde uno no sabe quién lleva a quién. Creo que logré eso en discos como Fiorella' s Scape en el sello Lessizmore, Posición o Dilek Intensity, un tema que salió en un compilado de hace años. Lo bailable quizá no sea mi fuerte. Lo largo después de trabajarlo mucho y remixarlo como si no fuera mío. Aunque hay cosas en las que ya no me reconozco, mirando hacia atrás creo que el balance no está tan mal. Algunos trabajos incluso mejoraron con los años.

-¿Cuál es la actualidad de tus labels?

Iniciamos -junto a Raffaella- Dilek y Darek a comienzos del 2008, en paralelo con nuestra relación y nuestro intento de abrirnos un camino independiente en la industria. Nos siguen apasionando y son nuestro orgullo. Aunque escuchamos los demos en conjunto yo intervengo más bien poco. En la práctica, la producción queda en manos de Raffaella que es más metódica y organizada.

-¿Con que hard y soft estás trabajando en estudio?

Para hacer música hago uso de una placa de audio Focusrite, un micrófono con pie y antipop (Perception 220), un Oxygen y unos monitores M-Audio AV40. Todo bastante modesto y transportable. En cuanto a los programas, mis primeros discos fueron en Reason, pero ya a partir de Planchete Lateral migré todo en Ableton. Pero no es receta. Que a mí me sirva no quiere decir que sea lo mejor o que no haya otro camino. Cada uno deberá dar con la herramienta que mejor le cuadre. Están los que necesitan terribles estudios. Otros como yo, se juegan por la autonomía de lo sencillo.

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