LEONEL CASTILLO
"Me gusta que mi música se vaya descubriendo"

Entrevista JUE 15 OCT 2015

Si hay un personaje destacado entre la fauna electrónica autóctona, ese es sin dudas Leonel Castillo. Con más de 15 años de carrera como productor con innumerables akas como Boeing, Arnold Slab, Dubjack, su reciente Third Wave Trax y tantos más, siempre tiene algo interesante para decir. Por eso, nos juntamos con él en una intensa entrevista cara a cara donde hicimos un repaso por sus comienzos, su fascinación por el software, su particular modo de promover su música y muchos otros temas que invitamos a conocer.

-Hace quince años que hiciste Beta, tu primer y recordado álbum. ¿Qué se mantiene y qué cambió desde entonces en tu música y en tu proceso de creación?

Creo que la forma de encarar la música es la misma, lo que cambia es el contexto. En ese momento, en ese contexto y con la experiencia que tenía salió así. Hoy en día el contexto es otro, tengo más música escuchada, más estilos identificados, pero la intención a la hora de crear algo es la misma. Ahora quizás me sale más rápido gracias a un uso más dinámico de las herramientas, pero creo que termino haciendo la música de la misma manera. Escuchar música, investigar e improvisar siguen siendo los condimentos principales.

En la época anterior a Beta (2000) estaba todo el tiempo componiendo temas entre house y techno mientras probaba distintas herramientas. Beta fue como la sucesión a un disco que había hecho unos años antes en cassette con gráfica artesanal y pocas copias, más que nada para amigos y conocidos. Una de esas copias llegó a las manos de Matías Mariño; de esa manera nos conocimos y comenzamos a reunirnos y escuchar música mía de la cual fue seleccionando varios temas que luego formaron parte del compilado Nuovo Mondo (1999) por el sello Breakpoint Melodies. Lo mismo pasó con Beta, que fue como una recopilación de temas que fui terminando y después de una selección salió el LP, esta vez por Estatus Discos.

Retrocediendo unos años más, por 1995/1996, de esta misma manera Diego Cid también seleccionó un tema entre varios que le había pasado y lo incluyó junto a otros tracks de D+D y Dr Trincado en el compilado Disco EP, un vinilo que salió por el sello Chopin Haguen.

Ese proceso de tener temas diversos ya terminados para luego seleccionar se sigue repitiendo hoy en día. Muchas veces armo un EP compilando algunos de los temas que ya tengo. El proceso de selección nunca es fácil, la mayoría de las veces no estoy conforme con los temas, ya sea por el sonido o la composición.

Por otro lado, por mucho tiempo quise hacer un disco específico basado en un sonido, en un concepto previo, o hacer una serie como Studio 1, por ejemplo. Eso no lo había conseguido hasta hace unos años.

 Podría decir que lo que cambió fue que en este último tiempo logré, mediante el uso de akas (alias), y de manera anónima en su mayoría, terminar varios discos dentro de un concepto. Me costó más que cualquier otra cosa mantenerme dentro de un contexto específico, pero últimamente lo vengo haciendo y me siento cómodo de poder trabajar así también.

En parte se da porque ya no pienso en cómo usar una u otra herramienta. A la vez, tengo más información musical que fui descubriendo cómo manejar para volcar hacia un concepto representado en varios temas dentro de un EP o una serie. En los comienzos hacía algo y muchas veces no era consciente de lo que había hecho. Ahora encuentro mejor el foco para ir alternando detalles y lograr un disco en el que todos los temas son parte de lo mismo.

 
Las conexiones de Leonel Castillo

-¿Y a nivel herramientas qué cambió?

En mi caso siempre trabajé con soft. Más allá de eso, en hardware sólo tengo controladores, que me sirven para manipular parámetros de filtros, envolventes, efectos, etc, jugar con eso en el tiempo, improvisar, “zapar” con el sonido para luego seleccionar las partes interesantes. Eso sigue siendo prácticamente igual que siempre. En un comienzo realmente necesitaba que existieran determinadas herramientas que aún no se habían desarrollado o eran muy caras por ser novedad. Con el tiempo comenzaron a surgir, las tuve y las empecé a usar.

Hoy sigo usando básicamente la misma configuración que hace varios años: Reason y Live juntos. Esos programas en un momento pasaron a ser un estándar para mí y me quedé con las versiones que me resultan más cómodas. Cambié obviamente el sistema operativo, uso el Windows 7, que es súper estable y sólido. La ventaja de este esquema es que a esta altura ya no tengo que pensar sobre el uso de la herramienta, toda la energía la pongo en hacer música.

De esta manera sé que agarro mi "guitarra" y me pongo a tocar. De lo contrario, tendría que ponerme a sacarle el jugo a un aparato o un DAW nuevo, conocer los límites del mismo y los míos, y recién después de eso podría comenzar a generar cosas nuevas.

No siento que en mi forma de trabajo actual haya tanta necesidad de software o hardware nuevo. Desde que me manejo con lo básico o un setup ya establecido, no necesité más. Me considero un fanático de las herramientas que uso. De todas maneras ese juego de probar cosas nuevas sigue existiendo, pero en un contexto aparte. La base de herramientas para crear y componer ya la tengo establecida.

 

-Pero sabés que en esta escena, y en el mundo actual en general, hay un culto a lo nuevo. ¿Cómo te llevás con eso?

Y... eso parece ser parte del negocio, también. Un placebo, quizás? Es que no creo que haya aparecido nada realmente nuevo desde hace un largo tiempo. De a poco se fue inventando la rueda, y ahora ya está rodando. Todavía no se inventó la levitación de la patineta de Volver al Futuro! Y la rueda anda muy bien.

Claro que ahora podés encontrar un controlador o un sinte nuevo, pero hace básicamente lo mismo. Llegamos a una meseta lógica. Lo único que es notorio es cómo evolucionaron los sistemas de almacenamiento. Hoy, hablando de capacidad de almacenamiento, casi que es lo mismo coleccionar la música en FLAC o MP3. Traducido al espacio que puede ocupar una librería de samples, la capacidad de almacenar información que hay hoy en día es una buena ventaja. Y ni hablar cuando liberen los discos SSD.

Obviamente, hablo de lo que utilizo yo. Seguramente haya gente que necesite 800 conexiones y le guste o necesite tener una consola nueva de “7416 canales firethunder-trifasica-king size-laserdance”, que pueda rutear de una u otra forma controlado con el “iphone gold 27 puntito rojo nasa edition” para hacer un tech house piletero... pero no es mi caso. Además, no olvidemos que hablamos de house o techno, y no de una sinfonía o algo muy complejo. No necesito gran complejidad. Por el contrario, cuanto más básico y crudo trabaje, más cerca voy a estar de una característica del house y el techno que es necesaria y elegante: la simpleza.

 
Leonel Castillo

-¿A qué te referís cuando hablás de simpleza?

En general las canciones que más gustan y que son más respetadas en cualquier estilo, son muy simples. Son tres o cuatro cosas, el tinte musical justo y listo.

 El techno o house parece ser así también. Son cosas simples, que tienen que tener lo necesario y ya está. No importa si es un arpegiador de 64 canales que logra tal cosa. Lo que importa es que sea una idea bien pensada y bien desarrollada, pero simple. Ese concepto lo fui incorporando inconscientemente. A lo largo del tiempo fui olvidándome de las herramientas y enfocándome en la música.

En el comienzo de los tiempos hacía cosas con una doble casetera. Ponía play y pausa y me volvía loco armando los loops bien cortados y pegados. En un momento suplanté eso con el sampler de un mixer, muy básico por cierto, pero más útil que lo anterior. Luego todo eso y más lo pude hacer con una PC, y ese fue el cambio grande. De ahí hasta ahora es casi lo mismo. En ocasiones usé sintes y samplers en hardware, pero la interfase siempre me resultó tosca y tediosa. Esas mismas herramientas luego estuvieron en soft, con muchas mejoras prácticas. Si existe un sampler, yo puedo hacer música. Puedo arreglarme con eso, no necesito aprender un nuevo soft. De más está decir que las emulaciones de sintes y efectos abundan en mis discos rígidos, pero lo que nunca falta es el uso del sampler.

-¿Ese concepto de simpleza no se contradice con tu obsesión por el sonido? Vos sos muy detallista...

Con el tiempo me fui interesando por el sonido, principalmente de estilos o temas que me llamaban la atención. Muchas veces el sonido venía de cierto setup, otras veces de la forma o configuración que los artistas daban a ese setup. El plano del sonido es otro mundo. Es que si bien no ha salido tecnología nueva, sí surgieron muchas emulaciones de hardware. El hi fidelity de los 50s era un determinado sonido, el de los 60s otro, y así el concepto de Hi-Fi fue evolucionando hasta hoy en día, que paradójicamente se usan equipos carísimos para volver a sonar como en los 60s.

Particularmente me gusta mucho el sonido de los 60s y 70s, que era más artesanal y no suena todo igual. Creo que eso tiene que ver con que en esa época habían aprendido a utilizar muy bien las herramientas que tenían a su disposición. Habían llegado a un sonido muy logrado con la consola, la cinta, con su forma de trabajar, y si escuchás un disco de esa época suena increíble, con una calidez incomparable. El sonido es agradable al oído, no cansa.

Después empezó la carrera por el volúmen y lo digital y se fue perdiendo toda esa sutileza. Hoy en día busco lograr aquel sonido entre aterciopelado, crudo y a la vez nítido, que es lo que me gusta. Quizás tenga que ver con el hecho de haber escuchado esa música de chico; me quedó esa sensación auditiva e  intento transportar ese sonido al house y techno.

Cuando escucho un tema, lo que me atrae inicialmente es el sonido pero si, además, tiene una composición musical rica, y es groovero, me seduce más aún porque logra tener algo agradable no sólo para escuchar sino también para bailar. El usar emulaciones por software me da la posibilidad de tener esa base de sonido para trabajar de una manera muy práctica y rápida.

Leonel Castillo, de niño
El pequeño Leonel ya era apasionado por el sonido en sus primeros años

-¿No te dan ganas de utilizar instrumentos analógicos, ya que te gusta tanto ese sonido?

En cierta forma, virtualmente, los uso. Pero a nivel hardware, la verdad que no me dan ganas. Teniendo las emulaciones en software gratuitas o comerciales que existen, y que van mejorando con el tiempo, veo en mi caso innecesario e incómodo el uso de hardware. Puedo lograr perfectamente el sonido que quiero usando estas herramientas, ya sean emuladores o conceptos nuevos como puede ser el -ya clásico- Absynth de Native Instruments.

Si hubiese querido hacer esta música en los años 70s seguramente hubiese tenido que usar ese hardware porque no había otra opción. Hoy en día no me hace falta, la alternativa ya existe.

Un punto a favor de un setup de hardware puede ser que al tener los equipos físicamente a mano podrías lograr algo de forma más directa, más rápida, mientras que un setup virtual quizás cueste un poco más lograrlo, pero finalmente lo lográs. Es cuestión de entender la naturaleza de algún sonido o equipo. Una vez que lo entendés, hoy en día tenés las herramientas para reproducir los mismos procesos de forma virtual e incluso ir más allá.

Yo, digitalmente, tengo todo disponible y lo uso. ¿Por qué no lo voy a usar? Por el otro lado, supongamos que tenés cinco sintes, dos cajas de ritmo, secuencer, consola, etc. Te ponés a hacer un tema y te vas a dormir o viajás. Regresás al tema, seguís un rato, y después te dan ganas de hacer otro tema. A ese otro no volvés nunca, porque tenés que volver a setear todo, sentarte de nuevo y etc! Quizás haya quien lo hace, a mí se me irían las ganas...


-¿Hablaste del sonido de los 60 o 70, se te viene algun nombre a la memoria?

Quincy Jones, Les Baxter, Enoch Light, Alan Hawkshaw, Lee Perry. Variado y clásico. Hace tiempo estoy explorando la música y el sonido de películas de esa época, tienen un sonido especial en segundo o en primer plano. Como tienen que adaptarse a los tiempos del guión, hacer cortes, cosas que no son comunes, van rompiendo parámetros constantemente. Yo lo tomo como fuente de sampleos, me gusta lo que se logra al incorporarlo a mis composiciones.

En un plano similar, me gusta todo lo que sea del catálogo del tipo "Library Music" que es música que se utilizaba en comerciales, o de fondo de documentales de esa época, hecha por anónimos muchas veces o sin el fin de hacer notar al artista, sino más bien darle un uso a la música. Cada tema tenía variaciones, con distintos cortes, varios finales. Los estilos podían ser jazz, funk, disco, etc, pero en su mayoría no eran bandas convencionales de renombre como una de rock o jazz de ese entonces.

Al que le gusta samplear e investigar, eso como una mina de oro. Sellos como KPM Music, Chappell, Bruton o Selected Sound tienen catálogos enormes de discos. Viéndolo con ojos de “sampleador”, es como un cd de sampleos inagotable, de temas de muchos estilos diferentes. Todos los temas son cortos, de dos minutos, colitas. Variaciones, climas, etc...

Escuchar cosas de esos sellos no sólo puede servir para samplear, sino que puede inspirarme para componer cosas. En esos discos encontré cosa avanzadísimas. Tenés, por ejemplo, el tema Astéroïde de Joël Fajerman & Jan Yrssen, que es una especie de deep house hecho "inconscientemente" en 1978. El sonido tiene groove, repetición, clima y ritmo muy cercanos a los elementos usados posteriormente en el house en los 90s. De eso a un edit hay sólo un paso.


Leonel nos presenta este proto deep house, compuesto en 1978

-¿Todo lo que hacés vos esta apuntado a la pista de baile?

En su mayoría sí. Al menos lo que se edita podría decir que sí está apuntado a una pista de baile. De todas formas, como muchos productores también hago otras cosas, para buscar ideas, para variar, para lograr algún sonido o ritmo siempre paso por otros estilos que no son necesariamente de pista, pero el ritmo lo tengo siempre presente. Cuando era chico y escuchaba música siempre me gustaba la parte donde venía la bajada, el "break". Siempre me gustaba la parte en la que la música quedaba más despojada, donde la melodía era la voz... el ritmo siempre está presente.

-¿Qué es lo que priorizas a la hora de hacer música?

Por muchos años prioricé el ritmo y me interesó explorar el sonido. Pero con el tiempo me di cuenta que los temas que más me gustaban también tenían un toque musical justo. Con musical me refiero a escalas, armonías. Nada experimental, digamos. Algo básico y justo musicalmente. Pueden ser sólo unas pinceladas, pero eso es lo que termina de cerrar la canción. Eso lo fui tratando de incorporar junto a lo rítmico.

Creo que las canciones que más nos gustan siempre tienen una base sólida y musical que es el gancho, lo que te atrapa, que hasta lo podés silbar. Incluso el techno tiene esos detalles. Por ejemplo “The Bells” de Jeff Mills tiene el "tan taran ta..." y el bajo cruzado y que vuelve. Y con eso ya está, tenés un gran tema. Es simple, son pocas cosas. La gente se confunde a veces. Te pueden decir "pero son solo tres notas"... y el techno en ese caso es precisamente eso! Sin esas precisas tres notas sería otra música.

 
Leonel Castillo

-Siempre tuviste el aura de ser uno de los mejores secretos del underground argentino, muy respetado en lo que hacés, llegando a gente muy distante, pero sin tener un perfil alto. ¿Eso lo buscás?

No sé si lo busco pero se termina dando el hecho de escuchar mi música tocada por gente a la que admiro sin habérsela dado puntualmente con ese fin. Creo que la música se mueve por sí sola siempre que tenga pasión. Nunca me interesó la parte marketinera como punto de partida. Seguramente sea muy útil, pero nunca lo prioricé. Creo que coincide con mi forma de ver o tomar las cosas. A mí me gusta investigar mucho, buscar música y terminar encontrando lo que me interesa. No sé si espero que pase eso conmigo, pero me gusta el proceso de exploración por el cual las cosas se terminan encontrando, y no buscando algo específicamente.

Lo que suelo hacer es parte de cómo vivo y hago las cosas, mostrando o intercambiando mi música e ideas con alguien del que me gusta lo que hace o con quien tengo una afinidad. Muchos artistas que me gustan son parte de un ámbito más under, y es ahí donde me conocen y los conozco. De ahí pasa a manos de otros artistas y djs y puede terminar sonando en festivales o lugares remotos. Y también puede pasar bastante tiempo hasta que esa música se edite en algún vinilo, o quizás hasta nunca salga en un disco.


No suelo mostrarles mis discos o mi música ni relacionarme con productores de eventos que no pertenezcan a un ámbito chico o under, porque artística y espiritualmente existe una diferencia muy grande. Por otro lado, tienen un objetivo claramente comercial ligando no sólo la música sino la estética en general a un producto o marca -a veces implícita y otras explícitamente-, y yo estoy lejos de eso, al menos por estos lados.

Claro que es un camino cuesta arriba, pero te hacés una base mucho más sólida dejando que la música ocupe el lugar, contexto y cultura que tiene que ocupar. Eso no se rompe fácilmente y estás al margen de las modas o marcas que puedan darse en el momento. Si alguien descubrió tu sonido buscando algo nuevo, eso no se va a romper, no te va a dejar de seguir o estar al tanto. Es una construcción. Al principio eso lo hacía inconscientemente, pero ahora me doy cuenta que lo hago así porque me gusta y trato de cuidarlo. Existe mucha gente que valora eso, entonces pasó a ser una forma de trabajar a largo plazo.

Además, obviamente no hago música para una fiesta masiva, pero según quién y cómo la toque puede sonar perfectamente en una. Hago la música que me gusta y explota en mi mundo, pero no es el mainstream. También las cosas se han ido dando así. Quizás si hubiera sido otro tipo de música, donde el show estuviera más presente, yo hubiera sido diferente. Pero mi música da para que se mueva de este modo.

Puede haber un tema geográfico de mi barrio, ciudad y país con respecto al mundo, también. Siempre viví alejado del ruido, pero no del todo. Recuerdo ir a lugares como Fledermaus o La Age, y me gustaba esa onda de despojo, donde sólo importaba la música. Bueno, la Age tenia su decoración kitsch y todo eso, pero lo importante era la música, sin duda. Y era muy buena. Conexión directa de uno mismo con la música. Nada más.

Siempre fui bastante ermitaño, creo que eso también tiene algo que ver! Es como el que se la pasa leyendo todo el día. Yo leo sonidos, música....

Third Wave Trax
La primer tirada de Third Wave Trax

-¿Y cómo llegas a los sellos que te editan?

Un poco como conté antes, y por las relaciones con las personas y familias que se van gestando. Pasás tus temas a alguien que le pasa tus temas a otra persona, y tu música termina en manos del dueño de un sello que te gusta cómo trabaja y terminás haciendo contacto. Una vez que te conocen, ya están más pendientes de lo que hacés y te van proponiendo hacer cosas. A veces se da y otras no, según el momento y el concepto del sello. Uno decide dónde va a quedar su música para la posteridad.

De todos modos, internet permite moverse de una forma más libre y amplia. Los responsables de los sellos pueden escuchar tu tema en un un podcast o porque algún artista importante lo pone en un set. Entonces cuando van a hacer un compilado, te piden un tema... y así va pasando.
Por lo general, prefiero no planificar mucho, dejo que vaya surgiendo espontáneamente. La que manda finalmente es la música.

Hoy en día es muy común que un artista edite un EP en vinilo de la manera convencional. Y sucede que el dj que lo toca gana plata, la distribuidora gana plata, el diseñador gana plata, el que hace el mastering gana plata, la prensa gana plata, el sello gana plata... y el artista no, sólo obtiene una relativa exposición.

Y si el artista no hiciera el disco de la manera convencional toda esa cadena no existiría. La industria abusa mucho de la necesidad que tienen los artistas de ser reconocidos o de tener un lugar. El artista termina creyendo que al regalar todo su trabajo alcanzará un nivel de exposición rápidamente, y puede pasar, pero seguramente al no tener buen sustento también se termine rápido.

De ahí que, además de seguir sacando discos de manera convencional, expandí varios proyectos bajo otros nombres, varios anónimos, algunos ya revelados, otros todavía no, dedicados a difundirse de otras formas. Por el momento sólo puedo contar que resultó muy interesante romper el paradigma de la edición de discos, y muy entretenido. La música es muy inquieta y puede llegar a muchos lados... y de maneras muy distintas. Por ejemplo, los rumanos terminaron tocando Third Wave Trax, uno de esos proyectos anónimos...

Con estos aka edité el proyecto 77ks en CD-R numerado, por ejemplo. Es un disco que en principio sale físicamente sólo en Argentina, de manera que cuando aparece lo tienen acá antes que en otros lados, ya sea para tocar, coleccionar o escuchar. Cuando edito en vinilo, al fabricarse en el exterior se complica traer 30 copias o más del mismo vinilo al país y, si se logra, pasa tiempo hasta que llegue acá.
Con los 77ks la música llega a las manos de la gente en Argentina al instante, y puede estar sonando en las fiestas locales apenas sale y generando algo más cercano. Luego de varios meses o un año saldrán en vinilo al circuito convencional.

Eso sería plantear otras reglas. Este disco, por ahora, está acá nada más, en el resto del mundo saldrá más adelante. Eso podría ayudar a tener alguna identidad argentina. Algo exclusivo que por un tiempo sólo se pase y escuche acá, y que sirva para hacer crecer y con el tiempo generar algo localmente.
Son ideas. Lo puedo hacer y lo hago...


RPR Soundsystem, (Raresh, Petre Inspirescu, Raresh) tocando uno de los Third Wave Trax.

-¿Considerás que hay una identidad argentina?

Yo comparo a Argentina con Ibiza, en el sentido de que sólo es "fiesta" o "joda". Aquí no hay una repetición de algo creado localmente, como hubo en Colonia, Berlin, Detroit, NY. Posiblemente tenga que ver con un tema cultural de cada sociedad. De todos modos, para mi lo mas rico viene de USA: Chicago, Detroit y New York. De Europa viene más bien lo "organizado", cómo le dieron la forma a todo eso. Pero todo tiene que ver con la cultura del lugar. Ibiza en cambio es más bien joda, es el "Patio de juegos" de la música electrónica. No se genera nada ahí. Solo fiestas. Y creo que acá pasa algo parecido. Por eso la comparación.

-Creo que es distinto, porque en Ibiza son todos turistas, no hay locales.

Ojo, no digo que somos Ibiza. Sino que lo que más sucede en Ibiza con respecto a la música electrónica es fiesta. Y acá pasa lo mismo. De hecho, acá también, hay bastante turismo en las fiestas.

-Pero turismo también hay en Berlín.

Pero a Berlín fueron esos turistas precisamente porque ahí pasa algo especifico con la música. Es la ciudad donde viven muchos de los artistas que crean la música que se escucha en el resto del mundo. Primero está ahí, después se expande al mundo.

Third Wave Trax 002
El aún inédito Third Wave Trax 002

-Siguiendo con la identidad...

A mi se me hace difícil visualizar una identidad argentina. Por ejemplo, se puso de moda Detroit y acá tenes un montón de soldaditos de Detroit, que son fanáticos, pero no son de Detroit. Y cuando se termine eso, pasarán a otro estilo, al minimal rumano, o al que surja. Viéndolo como un fenómeno social es interesante, porque sigue el patrón de la gestación de este país, mezcla de razas.

Y verdad es que muchos se terminan yendo... A los que les gusta el sonido de Berlín terminan instalándose en Berlín. Y acá no va a venir un berlinés buscando al sonido "argentino". Al menos por el momento eso no parece que podría pasar. Vienen si, a tocar a las fiestas y se les paga mucho.

Creo que son momentos que se dan en cada ciudad y dejan una marca, que no se va. Por ejemplo, si viene algo de New York es posible que tenga algo del espíritu funk y soul que tuvo esa ciudad. Y ese sonido termina impregnando todo para siempre. Así el deep house, techno y etc, estamos formados de distintas otras identidades.

En esos lugares emblemáticos, la música viene de algo que viene pasando desde hace mucho tiempo en la cultura general del lugar. Y acá lo único que viene pasando desde hace tiempo es la fiesta o joda, jodita.

Es complicado, para tener una identidad, tendríamos quizás que basarnos en nuestros sonidos autóctonos en alguna raíz mas fuerte, como puede ser la cumbia, el tango, las percusiones brasileñas, sensaciones como melancolía, alegría, nostalgia, sensualidad. Algo así, por ejemplo, es toda la movida de Zizek, que tiene mucho éxito. Pero nos alejaríamos del house y techno.

Ricardo Villalobos, por ejemplo, es chileno, tiene cierta parte latina y hace cosas latinas. Él tiene esa mezcla percusiva, de canciones, melodías. Quizás eso sería una música de pista que tenga que ver con la identidad de acá. Pero comparando con los orígenes de las músicas populares latinoamericanas, lo electrónico dista de la calidez y el sonido de lo autóctono. Las percusiones que por lo general se usan haciendo referencia a algo latino suenan sintéticas, vagas, casi sin vida. Están bastante alejadas de la calidez y naturalidad de una percusión centroamericana o brasilera, pero irse a esa soltura también te alejaría de lo frío del techno. Parece algo complicado, paradójico, igualmente interesante para buscar.

Argentina en otros estilos musicales sí tuvo su desarrollo de identidad. El cuarteto, la cumbia villera, por ejemplo, son transformaciones locales de sonidos que vienen de otros lugares, como la cumbia colombiana.

Pero no existe un house argentino. Al menos no podría definirlo. No se me ocurre qué elemento incorporar para que sea marcadamente argentino. Un bandoneón es obvio que no, a mí nunca me gustó su uso.
Quizás una característica autóctona posible podría partir del estereotipo del público argentino en fiestas y recitales y que el techno y house de acá sea divertido, dinámico, efusivo.

Leonel Castillo

-En el tango juegan con ostinatos y síncopas, como en el house y techno. Ritmos como el candombe y la milonga, originalmente eran música de pista de baile en su época.

Si, claro, y lo mejor de todo es que el tango se generó acá, mezclando diferentes raíces. Partió de una cultura en la sociedad.

Otro detalle importante es que los artistas viajan mucho y es difícil que se cree un estilo propio acá. Muchos se terminan mudando y también mutando, adaptándose a otras escenas. Quizás si todos vivieran acá, si tocáramos todos acá, dentro de un mismo contexto, la cosa fuera distinta. Con la repetición, se terminaría generando algo. Pero bueno, las fiestas no se repiten, no hay una constancia, depende de lo que pase afuera y por otro lado los djs y productores que pueden crear algo se van donde sí puedan trabajar y mostrar su arte constantemente.

En un festival de rock, el artista local muchas veces termina siendo el que cierra la noche, el número más esperado. Y eso nunca pasaría en un festival electrónico. Creo que eso debe tener que ver con que el rock tiene un mensaje muy nacionalista implícito y explícito, algo que no es así en la música electrónica, que en muchas ocasiones es obscenamente frívola. A nosotros nos cuesta un montón tener un buen lugar en un festival. Y otra vez pienso en que todo responde a un tema de historia y cultura de la sociedad. Es lógico también.

 
Leonel Castillo

-¿En qué proyecto estás o vas a estar?

Sumando a lo que es la producción y tocar como ha sido en estos años, estoy comenzando a colaborar más con cosas que estén pasando acá.

Voy a sacar un EP en vinilo por Savor. Me entusiasma la idea de sumarme con los chicos y su proyecto, a Cape y Jorge Savoretti hace mucho tiempo que los conozco y vi una buena manera de relacionarnos musicalmente dentro de un proyecto así.
A fin de año sale en vinilo la versión LC Mix de Together Forever junto a la versión Club Trax Rework, por el sello de Franco Cinelli, Club Trax.

Estoy haciendo un remix para Fathers and Sons, el sello de Julián Perez, también un disco para Traxx Underground, de Italia, el cual postergué y tuve atrasado pero finalmente va tomando forma.

Yendo a lo más reciente, Deep Mariano me propuso hacer algo para Get Slow y ya estoy plasmando ideas de cara a armar un EP. Otro track que está en punta es para colaborar con May Segui en un EP.

El lado más fuerte al que le estoy dedicando tiempo es a los proyectos anónimos y nuevos akas. En total, tengo 9 EPs totalmente terminados con diferentes seudónimos que irán saliendo en 12" en este tiempo a medida que voy trabajando en lo que sigue a eso.

Por el lado de mi sello, Groovear, lo manejo muy relajado. Cuando hay algo que me parece interesante, lo pongo en foco y voy planeando como editarlo. En este tiempo vine escuchando un house muy lindo de la mano de Los Montañeses, aka de unos de mis amigos rosarinos Guile y Fer Mariño quienes están muy activos y haciendo mover la peluca a mucha gente con las producciones que vienen haciendo. Por otro lado, tengo idea de armar unos remixes de 1974 de parte de artistas internacionales. Es un plan a un futuro cercano y espero concretarlo porque estoy entusiasmado con la idea.

Y por último, está por nacer Supple Joints, un sello creado por Paulo Reachi, quien reside en Berlín y con quien trabajo hace varios años en distintos proyectos, incluído Groovear y mis giras por Europa y USA. En esta ocasión, será siendo parte del primer 12" de su sello que sale en muy poco tiempo. Va a ser un EP con 2 temas de tintes house/dub/techno que ya están listos. Se va a llamar Antares y usare mi nombre Leonel como nuevo alias.

Enlaces:
 facebook.com/groovear

Entrevista: Iojan y Dante

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