BERLIN ATONAL
La electrónica en contexto

Buenos Aliens sigue trascendiendo fronteras. Entre el 24 y 28 de agosto pasados tuvo lugar en las instalaciones del mitico Club Tresor un nuevo Berlin Atonal, uno de los mas importantes festivales audiovisuales que retratan la escena experimental electrónica. Presentamos en exclusiva una inmejorable reseña realizada por el artista argentino Pablo Denegri, quien nos cuenta como lo vivió en carne propia.

Berlin Atonal no es una rave. Aquí la música electrónica no es presentada como algo ingenuamente "nuevo" (que no lo es), como un sonido de "otro planeta" o como "música para aliens", sino como algo enmarcado dentro de la historia de los hombres y las mujeres, la historia de la música y el arte desde hace más de un siglo.

El nombre "Atonal"  hace referencia a la revolución que causó en la era moderna haber roto con el sistema tradicional armónico, incluyendo cualquier combinación de notas en sus acordes, y estructurándose de manera exacta, deliberada o intuitiva (1). Esta música fue asociada desde sus comienzos con la abstracción en pintura y de ahí la relación que aún persiste entre las imágenes abstractas y los sonidos atonales o simplemente "raros".

En su primera edición que comenzó en el año 1982, Berlin Atonal supo cristalizar la rabiosa escena underground local, incorporando referentes del avant-garde y pioneros de la electrónica progresiva y la música experimental o industrial como es el caso de Einstürzende Neubauten. Finalizado este ciclo en el año 1990 después de la caída del muro de Berlin, su creador, Dimitri Hegemann pasó a fundar el legendario club Tresor en su mítica primera locación.

Desde su vuelta, en 2013, este nuevo ciclo del festival tiene como sede el monolítico Kraftwerk Berlin (sede también del nuevo Tresor). Siendo parte fundamental de la identidad industrial de esta ciudad, la imponente ex-planta de energía fue la encargada de abastecer de calefacción a todo Berlin oriental desde su construcción en los años 60s. En este entorno, las performances audiovisuales y las instalaciones montadas dialogan con el espacio, con sus columnas de cemento y sus vigas de hierro, producen un inquietante ambiente de contraste expresionista. La ex-sala de máquinas es además re-adaptada durante estos 5 días a modo de  play-room donde los visitantes pueden interactuar con diferentes sistemas modulares y sintetizadores analógicos, evidenciando el carácter lúdico que subyace a la propuesta general.

Se promueven desde la curaduría del festival proyectos exclusivos que combinan a pioneros del sound design con premiados artistas visuales y que dan como resultado piezas irrepetibles como lo son la mayoría de las presentadas en el main stage.

Sólo algunos de los destacados en esta última edición 2016, concluida el pasado domingo, fueron: Conrad Schnitzler, de la emblemática banda Tangerine Dream; Mika Vainio, integrante del grupo Pan-Sonic; el dúo Porter Ricks, que presentó material inédito de su más reciente trabajo de estudio; Alessandro Cortini, colaborador del grupo NIN, quién sorprendió con un show personal y emotivo que involucró footage privado en super-8 de escenas familiares y cotidianas; el ingeniero de sonido Moritz von Oswald (Basic Channel, Rhythm and sound) junto a Rashad Becker con una obra realmente intimidante para piano arreglado, procesado y reformado; el último proyecto del sueco Andreas Tilliander, TM404, basado puramente en sonidos de las Roland 202s, 303s, 606s, 707s y 808s y la inmersiva Telluric Lines del compatriota Jonas Kopp junto al video artista Rainer Kohlberger.

El espacio Ohm, más pequeño, dio lugar a encuentros cercanos y cálidos como lo fue el de la performance del multi-instrumentalista Yoni Silver y su clarinete bajo amplificado o el dj set de 5 horas del artista multimedial Mike Hentz. Vale destacar también la retrospectiva (1970-1974), tristemente poco concurrida, de los pioneros tempranos del video arte Steina y Woody Vasulka en el Stage Null.

La importancia de eventos como éste radica en que mantienen viva la llama de un contagioso espíritu vanguardista y experimental. Se puede decir, sin faltar a la verdad y más allá de gustos personales, que la intención del Berlin Atonal está puesta en acercar el arte a la música electrónica y la música electrónica a la historia del arte.

Enlaces:
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 facebook.com/PabloDenegriMusic

*Referencia 1: Breve historia de la música occidental, Paul Griffiths

Texto: Pablo Denegri

Pablo Denegri es uno de los responsables de Aula Magna Records, respetado productor de sellos como Dumb Unit, Igloo Rec y Little Helpers, además de estar asociado a la era dorada de Cocoliche con habituales presentaciones. En paralelo, se egresó de la carrera Comunicacion en Artes. Desde su actual residencia en Berlin, sigue desarrollando su Live set y material de estudio, al mismo tiempo que realiza tareas como la curaduria de galerias de arte.