LA VIDA DEL DJ
Bajo presión

Es común escuchar que la vida del DJ es soñada, llena de lujos y diversión. Se puede decir que esa afirmación está más cerca del mito que de la realidad. En esta nota especial, nos adentramos en males que afectan a la sociedad moderna, y que en los últimos tiempos pegaron de lleno en la escena electrónica internacional: la ansiedad, los ataques de pánico, el suicidio...

Son varias las situaciones -mentales y físicas- que convierten el día a día de un artista profesional en un caos total. La vida nocturna constante desconfigura de manera notoria al sistema nervioso. Pegado a las pocas horas de sueño y mala alimentación, aparecen las intensas giras que pueden llevar a un dj a pasar por varios países –y aviones- en un muy corto plazo. Todo esto, sin contar las sustancias -legales e ilegales- al alcance de la mano, convirtiéndose en un ingrediente oscuro y desbordante para este cocktail.

Si bien no es un fenómeno exclusivo de la generación actual, la hiperconectividad e información al alcance de la mano, hacen que el tema adquiera otra visibilidad. Y en buena hora que así sea... A su vez, hay que decir que hay maneras de escaparle a esta vida poco saludable y cada vez se toma mayor conciencia al respecto.

Hablando de ejemplos concretos, uno de los artistas que hizo pública su situación fue Motor City Drum Ensemble. El talentoso alemán asociado al house, empezó a sentir aislados episodios de ansiedad a los que no dio mayor importancia. Pasado un tiempo, ese estado se hizo cada vez más habitual, al punto de ya no poder convivir con eso. Es entonces, que decidió recurrir a ayuda médica. Lo siguiente, fue replantear su carrera bajando la cantidad de gigs a un nivel que le resultara más saludable. En este mini documental de Resident Advisor podemos conocer un poco más de cerca cómo fue su experiencia.

Otro de los casos muy comentados, por la popularidad del artista y por lo trágico de su final, fue el del masivo referente EDM, Avicii. Luego de mantenerse durante un par de años en lo más alto de la escena más comercial -con toda la presión que eso implica-, los primeros problemas se manifestaron a través de su adicción al alcohol, que lo llevó a operarse de una pancreatitis aguda. Como resultado, hacia el año 2016, el sueco decidió alejarse de las giras, aunque seguir produciendo. Por el mes de abril del 2018, se conoció la triste noticia de que había aparecido muerto en una habitación de hotel en la ciudad de Mascate, Omán. Los familiares no tardaron en confirmar que se trataba de un suicidio.

Siendo una problemática tan sensible, decidimos consultar a Andres Schteingart, artista conocido como El Remolón, pero también médico psiquiatra. Quien deja en claro algunos puntos esenciales para entender la situación actual.

-En los últimos años se dio visibilidad a ciertos males que aquejan a los artistas en general ¿Cuál es el análisis que haces de esta actualidad?

Los problemas en salud mental en los artistas electrónicos (y no electrónicos) no son novedad. Los artistas son personas sensibles por definición, pero eso no alcanza para justificar el fenómeno. A la suma de la biología se le suman las condiciones adversas en los viajes y giras, la falta de sueño, la mala alimentación, la disponibilidad indiscriminada de sustancias y un entorno en donde se naturalizan los excesos como algo normal o incluso algo, IN de la movida. Las exigencias de la industria del entretenimiento de tener que rendir cada vez más y mejor, las ofertas imposibles de rechazar para algunos artistas, mete a los artistas en una encerrona difícil de salir.

Los ataques de pánico son equivalentes de estrés, la persona está muy pendiente de síntomas corporales que habitualmente pasa por alto, y desencadena una reacción de miedo intenso que genera más síntomas corporales, generando un círculo vicioso. La crisis por lo general se pasa sola, pero muchas veces queda una huella y una predisposición que te hacer estar más atento a posibles nuevos episodios. Por suerte los llamados ataques de pánico tienen cura y buen pronóstico con un tratamiento adecuado. Los problemas de depresión recurrente, cuando están mezclados con consumos importantes de sustancias y tentativas suicidas, son más delicados y requieren un tratamiento de mayor complejidad, algunos pueden mejorar bastante y otros lamentablemente no.

-¿Cuánto tiene que ver en este fenómeno la era de las redes sociales y la hiperconectividad que vivimos?

Las redes sociales son potenciadores de la ansiedad que cada uno lleva adentro y nos complican conectarnos con el presente, el aquí y ahora. Por eso está bueno, intentar tomarse un respiro en algunos momentos, aunque resulte difícil. La hiperconectividad ha logrado que música que antes quedaba guardada salga a la luz y que artistas que antes tenían que emigrar hagan base en nuestro país y se vaya un fin de semana al otro lado del mundo a tocar y vuelvan. Pero, por otro lado, las grandes distancias siempre existieron y antes lo que se tardaba 20 días en viajar hoy se hace en un par de horas.

Entiendo que el problema va mas allá de eso y tiene que ver con las exigencias de la industria, cómo afrontamos eso y como ganarse el pan en el mundo de hoy.

-¿Tuviste casos cercanos que sufrieron alguna situación así? ¿Cómo se puede ayudar a alguien en estos casos?

¡Claro! He visto mucha gente atada a esta problemática, tanto en artistas amigos como en pacientes músicos. Desde los casos más banales hasta suicidios consumados :( . Creo que lo más importante es poder estar alertado del problema, intentar regular los viajes y giras a las posibilidades individuales de cada uno, exigir las mejores condiciones posibles, regular los consumos y pedir ayuda a un especialista si esto se viene complicando. En muchos casos, decir que "no" también es una posibilidad, (tengo muchos conocidos djs que no toman ni una gota de alcohol) o incluso, limitar los consumos para ciertas situaciones especiales.

Texto y entrevista: Damián Levensohn