CORONAVIRUS
El momento del streaming
La serie de notas especiales, en marco de la cuarentena por el Covid-19, llega a su segunda entrega y pone la lupa sobre los streamings. Nos encontramos -virtualmente-, para analizar el fenómeno actual con conocedores de la escena y los medios de comunicación ¿Uso? ¿Abuso? ¿Modo de sustento económico? ¿Culto a la exposición? Los invitamos a sumergirse en la lectura y sacar sus propias conclusiones...
Diego Bulacio –conocido por todos como Villa Diamante- es un incansable artista y activista. Responsable de incontables proyectos, como Zizek por citar uno, siempre está un paso adelante. En ese sentido, desde hace algunas semanas conduce Hasta La Pista, un show que nace del inevitable contexto actual y aparece como una de las propuestas más profesionales.
-¿Cómo surgió Hasta la Pista? ¿Cómo es el proceso de armado de cada capítulo?
Surgió de darse cuenta de un día para el otro que no iba a poder tocar más en vivo por unos largos meses, entre angustiarme o activar algo, decidí la segunda opción. Me puse a investigar y preguntar a amigues que saben más de streaming y se sumó mi compañera Carla Sanguineti -dirige la agencia Cultura Puente- que se metió de lleno a resolver cosas técnicas y encargarse de todo lo visual de Hasta La Pista. Comenzó siendo una fiesta en Youtube para ir mutando día a día entre programa de radio con invitados, djs que mandan sets o artistas que recomiendan música.
Cada capítulo lo vamos armando en el día, pero básicamente tenemos un cronograma: lunes jamaiquinos, martes de La Grande (ciclo donde soy residente), miércoles de Chicas, jueves de Tropischen Garten (ciclo que soy residente en Avant Garten) los viernes y sábado FIESTA, y los domingos vamos flasheando distintos especiales.
Básicamente es un espacio diario hasta que termine la cuarentena, donde suena música, circula información y lo más lindo es lo que se arma en el chat en directo de Youtube donde la gente se junta a intercambiar ideas, gedentear, hacerse compañía en estos momentos extraños.
-¿Cuál es tu análisis sobre la situación que se dio en las últimas semanas con una oferta masiva de streamings?
Está buenísimo que los artistas tengan ganas de seguir mostrando lo que hacen y se adapten a cada momento. A veces hay una saturación de contenidos, pero era de esperarse. Tal vez, está bueno contarle a los que no son parte de la gran masa de trabajadores de la cultura, que es un sector (como tantos otros) muy golpeado. En los próximos meses no van a trabajar DJs, músicos, técnicos de sonido ni de luces, la gente que atiende la barra, la seguridad de la puerta, los dueños de los locales y así sigue, hasta el que le vende la birra para la barra o le alquila el sonido, etc, etc.
Ver a los artistas tirándole onda al asunto y buscando nuevas formas de expresarse dentro de la situación actual, me encanta.
-Ante esta saturación de ofertas ¿Cuáles crees que son algunas de las claves para destacarse?
Creo que hace falta constancia, interacción con el público para que se sientan acompañados en este momento extraño, buena calidad de sonido y buscarle alguna vuelta para ser originales ya que todos estamos metiéndonos de golpe en el streaming que es algo que ya venía sucediendo con gente que lo labura hace mucho… y ahora todos queremos streamear.
-¿Para qué lado puede ir la evolución de todo esto?
Creo que el problema no es lo que se pueda dar de contenidos en la web, sino re pensar como sustentarlo. Porque todo bien con el streaming pero después de meses sin trabajar, los artistas van a tener que ver si pagan internet o si compran comida, y bueno vamos a tener que pensar en formas de financiamiento. Es algo que está muy verde, pero de a poco esperemos que se vaya acomodando.
De esta salimos entre todes.
Victoria Ferreira se ocupa del contenido, la programación y la coordinación de shows y ciclos de La Tangente y Congo Club Cultural. Y colabora con AMPLIFY –segmento que trabaja en la igualdad de género dentro de Mutek-. Además, es licenciada en comunicación, por lo cual su opinión tiene un background más que interesante.
-¿Cuál es tu análisis sobre la situación que se dio en las últimas semanas con una oferta masiva de streamings?
Yo creo que, tanto para los shows o dj sets en vivo como para los streamings, la presencia de un público es fundamental. La presencia -virtual o física- es el quórum necesario para que sea relevante montar un espectáculo: que haya gente interesada en verlo o escucharlo. En este momento de aislamiento forzado, siento que no tenemos tanto tiempo libre como pareciera. Entre que trabajamos (en muchos casos con limitaciones y obstáculos), limpiamos, cocinamos y nos informamos m ás que nunca, nos ponemos al día con la familia y los amigos, queda poco lugar para el ocio, y de golpe nos encontramos con una sobreoferta de transmisiones en vivo. Lo que antes hacía Boiler Room desde un club o festival, Cercle desde locaciones extravagantes, o We Must en fiestas de nuestro país, ahora todxs pretenden hacerlo desde sus casas. Porque sí. ¿Por qué no? En mi opinión, sería inteligente que lxs artistas, antes de exponerse en el súmmum de la intimidad de sus hogares, perciban si realmente tienen algo concreto, distinto o nuevo para compartir y si hay una demanda de contenido del otro lado. Que el streaming sea relevante y que tenga “quorum virtual”: que no sea porque sí, por ego, por arrogancia o por necesidad de mostrarse.
Se me ocurren algunos ejemplos de buenas propuestas recientes de artistas que ofrecen contenido de calidad para la comunidad que los sigue. Uno es el legendario Dany Nijensohn, que hizo un livestream en Instagram el día de su cumpleaños, otro es Cucho, que se convirtió en dj Balcón y musicaliza para los vecinos de su barrio de Acassusso. Villa Diamante, que alimenta diariamente a su fiel club de baile desde YouTube con visuales e invitadxs, y por último Dj Visera, que enciende y agita su dancefloor virtual los sábados con visuales de Martin Borini. Un ejemplo que me encanta de afuera es Bill Brewster, que todas las semanas monta su discoteca “Paradise Farage” y se acerca a sus fans de una manera inédita: ¡contesta los saludos en vivo y todo!
Para no perderse en la marea de propuestas, propongo dos consejos (medio obvios): uno es agendarse por escrito los streamings de nuestrxs artistas favoritxs, chequeando bien la zona horaria si son de otro país (lo hice el otro día para no perderme el de Kindness) y el otro es consultar alguna publicación que nos sea de referencia para que nos ayude a hacer una selección de todo lo que hay. Yo armo un newsletter de contenidos cuarenténicos para lxs suscriptores de Congo y La Tangente (salió el primero la semana pasada), hay uno muy bueno de Finde.Club y otro de SPE. Y para quienes están pensando en armar un live, recomiendo la guía muy piola que sacó Resident Advisor.
Más que sólo hacer streamings, me parece interesante encontrar otras formas de compartir música con la comunidad: por ejemplo, los Djs Pareja están armando playlists en Spotify, el colectivo Maleza convocó a sus amigos y colaboradores a aportar temas para una playlist para escuchar en cuarentena, y el enorme Dj Harvey compartió (¡por primera vez en su inmensa carrera!) un set en Bandcamp que puede descargarse dejando una donación a beneficio de los afectados por el Coronavirus. También considero que es el mejor momento para no mostrarse ni exponerse tanto, sino un poco lo contrario: para pensar, crear, escuchar mucho y grabar un buen set bien desarrollado.
-¿Para qué lado puede ir la evolución de todo esto?
En el futuro, ojalá no muy lejano, cuando se termine el aislamiento social, la gente va a volver a juntarse, y creo que aun con más ganas. Confío en eso, porque apuesto 100% a los encuentros en torno a la música, pero también creo que quienes hayan encontrado un canal para expresarse y para llegar a su comunidad de manera no presencial lo van a seguir haciendo, quizás con menor frecuencia. Es interesante que siga existiendo esa conexión musical virtual más allá de la cuarentena.
Referente del periodismo musical y cultural, son muchos los años de experiencia que avalan la tarea de Tito Del Aguila. Su visión se complementa por su carácter de melómano y dj. Por estos días, es además parte del staff de Niceto Club.
-¿Cuál es tu análisis sobre la situación que se dio en las últimas semanas con una oferta masiva de streamings de todo tipo?
Creo que algún tecnosociólogo podría darnos una idea más certera, pero acá voy: es como si hubiésemos tenido la herramienta ideal para saltear el confinamiento, y no lo hubiésemos visto antes.
Los streamings son apenas una parte, porque la palabra multiplataforma ganó otra dimensión. Estuve en un "vip" que funciona en un grupo de wazap, en paralelo a #Hastalapista, el ciclo de Villa Diamante en Youtube. Estuve en una fiesta en un Zoom. Hubo una rave en Minecraft. Algunxs volvieron a Facebook sorprendidos de que siguiera vivo. : )
Los "en vivo" me hablan de esta avidez de compartir o estar ahí para acompañar o mostrar. Hay una sensación de que es necesario mantener el contacto. Por otro lado, no son tantos, creo que muchos artistas o músicos están expectantes como todos. Y "viendo" más que "haciendo".
Más allá del "empacho digital" del que nos venía advirtiendo Villa Diamante hace unos años, celebro que tengamos esta pulsión social: encontrarnos cómo sea. Si lo pensás, hasta volvimos al chat, como en los primeros años de MSN.
-¿Para qué lado puede ir la evolución de todo esto?
Quizás se instale un nuevo espacio en el relato en el que veamos a lxs artistas producir en tiempo real. Quizás veamos el momento en que nace un hit. También me parece justo y legítimo si se acelera la digitalización de micropagos. Como ocurre en el mundo del porno con “las cámaras”, estaría bien que le paguemos a los músicos x un drop, ¿No?
El ingenio está en su mejor momento. Lo más potente puede ser que se aceite lo colaborativo.
Entrevistas: Damián Levensohn
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