JONAS KOPP
"Empecé a escuchar la música de otra manera"
El primer invitado a nuestras entrevistas cara a cara para este 2015, es el dj y productor residente en Berlin, Jonas Kopp. Aprovechando su visita a nuestra ciudad para presentarse junto a Zadig el pasado lunes 23, nos encontramos para una interesante charla en la que pudimos descubrir el lado más humano del artista. Desde su reciente álbum editado en Tresor, hasta una experiencia con ayahuasca que le cambió la vida, no quedó tema sin tocar. Sin más, los invitamos a sumergirse en la lectura.
-El año pasado editaste tu primer álbum, Beyond the Hypnosis, vía Tresor ¿Cuál es el feedback y las sensaciones posteriores al lanzamiento?
Me dejó muy buenas sensaciones, emociones que no conocía. Es lo más similar a tener un hijo, la sensación de crear algo y ver como va desarrollándose. Es un proceso en el que se viven muchos altibajos de seguridad, de dudas, de euforia por momentos y de no querer saber nada con lo que está hecho por otros. Me llevó seis meses todo el proceso, arranqué en enero de 2014 a trabajar. El último mes fue el mejor, porque fue cuando terminé más cosas, me gusta trabajar bajo presión de tiempo. Te lleva a que tu cabeza esté todo el tiempo enfocada en eso.
Iba en bicicleta al estudio, el camino estaba buenísimo, nunca había hecho ejercicio antes de producir, siempre trabajé con el estudio en mi casa. Hacer ejercicio ayuda a la cabeza y se te ocurren ideas. Llegaba al estudio con la cabeza fresca y abierta, aparte en Berlín es perfecto, porque vivís en una burbuja artística. Por ejemplo, estoy pensando en mudarme a Barcelona, pero lo dudo, porque ahí se habla español y ya estas metiendo información en tu cabeza que puede hacer interferencia con tus pensamientos (obviamente no hablo alemán). Aparte la energía artística y creativa que hay en la ciudad, te motiva e inspira.
Cuando terminó el proceso, lo que disfruté mucho fue la escucha con Paulo, el label manager de Tresor. Vino al estudio y lo escuchamos juntos, lo puse en clima, con luces bajas, sin luz solar, como suelo trabajar, con todo oscuro lo cual pone al frente el sentido auditivo. Escuchamos track por track, en algunos lo vi con los ojos cerrados disfrutando, entonces me di cuenta que entendió el mensaje y estábamos en la misma frecuencia. Ahí nomás me dijo: "Es lo que estoy buscando". De ahí en más vino la parte de elegir el arte, la promoción (que la hizo una agencia de Europa que trabaja con artistas como Lucy o Ben Klock). Es muy importante trabajar con un buen agente de prensa, mas tratándose de un álbum.
-Ya pasado un tiempo ¿Qué te generan los tracks del álbum en la actualidad?
Algunos tracks los siento atemporales, que van quedar para siempre, otros son más temporales, pero los sigo disfrutando, escuchando y poniendo en vivo. Tampoco abuso de la escucha del álbum, en el auto ya no lo escucho por ejemplo. Siempre trato de pensar en nuevas cosas, trato de no quedarme nostálgico con lo hecho y miro hacia adelante.
-¿La experiencia de vivir el proceso creativo de un álbum te cambió la forma de encarar la producción de tracks?
Después de hacer un álbum te cambia la manera de trabajar. Ahora estoy armando un EP para Tresor, que lo tengo que entregar esta semana. Ya tengo cinco o seis tracks y le dije a Paulo que me dé estos días porque quiero terminar tres más. Antes mandaba track por track y si gustaba lo guardaba, ahora cambié la metodología y prefiero terminar varios tracks de una, para después mandarlos y ver cual queda.
-Además de editar con tu nombre, tenes proyectos alternativos como Manzel y Untidy ¿Qué nos podes contar sobre estos alias?
Manzel es un proyecto más techno y más oscuro que lo que edito con mi nombre. Me puedo mover por las variantes del techno, entre el banging, deep, mental. En cada EP trato de mostrar diferentes facetas del estilo. Por ejemplo, en el último EP que salió, que es el tercero, hay un tema ambient y uno uno sci fy.
Por su parte, Untidy es un proyecto completamente house, ambos editan exclusivamente en vinilo, son series. Untidy en particular, es un perfil nuevo que quiero tener, totalmente ajeno a lo que vengo haciendo.
-¿Estos proyectos van a editar siempre en sus labels exclusivos o van a salir por otros sellos?
Justamente como Untidy estoy a punto de editar un EP en Skudge. La idea es editar en algunos labels muy puntuales, posiblemente nuevamente en Spectral, que está volviendo al sonido que tenía en el 2004, 2005, más raw dentro del house. Fue mi primer label, mi primer amor, que siempre va a quedar en mi memoria.
-Imagino que como todo melómano te gusta todo tipo de música, incluso más allá de la que producís o tocás.
Si, incluso también voy a tener que sacar un nuevo aka, para cosas que estoy haciendo dentro de un sonido ambient, drone y post punk. Material que ya tengo listo, pero estoy viendo por donde sacarlo. Ya que se maneja todo muy diferente, son estilos que tienen otras ventas y las distribuidoras no los bancan como lo hacen con el house o techno. Probablemente voy a tener que invertir de mi bolsillo, ya que no son sonidos redituables.
-Hace varios años que llevas adelante tu propio sello, Traut Muzik ¿Cuál es su actualidad?
Traut este año está creciendo, estoy trabajando con un chico que hace de label manager, se llama Marcos Lleiras. Es un español que es mi roomate en Berlin. Hacía diseños para Pole Group y se está haciendo cargo del diseño y la parte administrativa del sello. Decidimos juntos la música también. Ya tenemos todo el año programado, la idea es editar un release cada dos meses, cosa que nunca hicimos. El próximo es de Dimi Angelis, sale en un mes aproximadamente. En cada EP voy a tratar de agregar un remix o edit mío. Después va a salir un EP de la nueva camada de artistas argentinos (Mental Resonance, Zedje y Pulse One).
-¿Por qué elegiste Berlín como ciudad de residencia?
Primero que nada por eso que te decía de estar en una burbuja creativa, Berlin me brinda la posibilidad de vivir pensando solamente en la música. Porque tiene mucha oferta, desde disquerías hasta tiendas de sintes. Si necesitás un sinte, o lo que sea, vas un día y te lo comprás, es como ir acá al shopping. Eso en otras ciudades no pasa. Después la parte de la gente, que está toda con un mismo objetivo, artístico, creativo.
Estoy residiendo desde hace un año y meses, antes iba tiempos cortos de un par de meses, desde el 2009. Hasta que salió la visa de trabajo, cuando empecé a tener más fechas en Europa que en Argentina.
-¿Y en qué momento te encuentra la relación con Berlin?
Me encuentro con ganas de moverme, pero no por la ciudad, sino por una cuestión personal mía. Evolucioné hacia un lado, que ya vivir en una ciudad me limita para lo que necesito. En este momento y en el futuro me veo viviendo en un lugar rodeado de naturaleza. Sin gente, básicamente. Estoy bastante ermitaño, cerré mucho mi círculo social, estoy experimentando algo muy propio, personal, una conexión muy fuerte conmigo mismo, con mi familia.
Me di cuenta que viviendo solo este último año en Berlin, crecí un montón, tuve muchas charlas conmigo mismo, eso me hizo crecer. Estoy en un momento en el que disfruto de lo más simple, estoy pensando en algún lugar como Palma de Mallorca.
-La residencia en Berlin implica estar lejos de tu hija ¿Cómo vivís eso?
Este último año fue un sacrificio de todos, mío, de ella, de Ariana (la madre) que me re banca, porque no es fácil hacerse cargo cuando falta el papá. En ese sentido ella sabe que necesito este tiempo, pero voy a responder cuando me acomode. De hecho este año que ya tuve cierto feedback, estoy pudiendo venir seguido, casi todos los meses.
El año pasado fue apostar a trabajar duro, hacer una base, para este año ya poder estar más tranquilo y seleccionar un poco más las fechas, como para tener un finde libre para venir a Buenos Aires. Pero bueno, me llevó años esto. Es una inversión que da sus frutos. A mí también me afecta estar lejos, tengo que volver a verla. Ahora cada vez que vengo son diez días que los exprimo al mango y es tiempo de calidad. Entonces ahora me voy con la mejor energía y puedo hacer las seis fechas que tengo en Europa totalmente enfocado. Cuando no podía venir seguido, por ahí pasaba un mes y ya extrañanaba y eso afecta al trabajo también.
-¿Cuáles son los primeros sentimientos que te llegan cuando pisas Ezeiza?
Ansiedad, expectativas, cada vuelta es una pequeña evolución en muchos sentidos. Hay mucho que contar, mucho que escuchar, mi hija cada tres meses crece tanto que es una nueva persona.
A nivel país, veo como suben los precios, se nota más cuando venís cada dos o tres meses. El humor de la gente es terrible, en un día ya entras en ese ritmo, Berlin es muy distinto en ese sentido. Pero bueno, trato de vivir en mi burbuja. Cuando vengo paro en las afueras de la ciudad, llevo una vida aislada de los problemas de cada país.
-Las últimas veces que viniste no tuviste prácticamente fechas en el interior del país ¿A qué se debe?
Lo adjudico a que no invierto tiempo en conseguir una agencia, porque en Argentina se trata mucho más del lobby o la negociación que del mérito artístico. Mi objetivo de venir acá es básicamente estar con mi familia. No vengo con miras de hacer fechas, más allá de las de Buenos Aires, que es algo automático.
-Esta situación del lobby/mérito artístico ¿También se da en Europa?
A mí no me pasa en Europa, allá no tengo que hacer lobby, solo tengo que pensar en hacer música. O sea, cuando edito un EP o el álbum, siempre hay una reacción, de fechas, lugares que te llaman y eso te incentiva. En Argentina editas algo, y te llaman para seguir negociando o regateando, esa es la gran diferencia que veo.
Allá se puede proyectar y tener una evolución continua. Depende el país también. Italia es lo más parecido a Argentina, hay una mafia de promotores que te quieren comprar, te piden exclusividad. Después el resto se rige por lo artístico.
-Hace unos meses hiciste un post en Facebook analizando la escena argentina y sus carencias, además de plantear la idea de llevar adelante un ciclo propio ¿En que quedó todo eso?
Tuvo una repercusión enorme, recibí más de cien mails. Hay mucha gente que está haciendo las cosas bien, que se rompe el alma para hacer algo, y que ahora que estoy buscando lugares para hacer el ciclo, me doy cuenta que es muy complicado el tema de encontrar una locación. Yo tampoco quiero hacerlo en cualquier lugar, estoy un poco exigente.
Pero tampoco hay un compromiso ni honestidad de parte de la gente que maneja los clubs. Se hablan las cosas pero no del todo claras, siempre hay algo oculto que se descubre con el tiempo y la experiencia.
Lo que tengo pensado es un ciclo que se haga cada dos meses, donde se pueda escuchar toda la noche una fusión perfecta de house y techno, con djs invitados amigos míos de Europa y Estados Unidos, que a la gente le van a encantar. El gran problema acá son los grandes promotores, que siempre llaman a los mismos artistas, solo gente que factura, y son artistas que para mí no tienen mucho que contar. Hablo de artistas que vienen tres o cuatro veces por año.
-¿Por qué crees que estamos sumergidos en esta realidad?
Hay dos grupos. Uno es el de los peces gordos, que no están informados. Saben lo que las agencias con las que trabajan les bajan. Les dicen: Este año Creamfields tiene que tener a Richie Hawtin y este año Richie trabaja con tal y tal, la agencia de Sven Väth les dice lo mismo. Entonces, como son contratos y arreglos que se firman porque hay mucha plata invertida, ya es algo automático, más administrativo. No lo veo a Gontad con un auricular puesto, buscando artistas novedosos.
Y después están los que sí tienen mucha idea, tienen información precisa en lo musical, pero les falta capital, la estructura, entonces lo hacen de vez en cuando con mucho remo.
-¿Cómo viviste tu reciente presentación en Boiler Room Berlin?
Lo viví con mucha intensidad porque sentía que en Argentina la gente estaba muy pendiente y era una gran responsabilidad, sobre todo por lo que pasó en la edición porteña, con la que la gente fue bastante crítica. Lo que yo noté en general, fue un feedback bastante agresivo por parte de la gente. La gente es agresiva acá, no anda con vueltas, gusta o no gusta.
Sentí mucha presión, ese día estaba nervioso. Pero bueno, cuando empecé se me pasó todo y me metí en el set. El set up hacia complicado mezclar, porque los monitores estaban muy bajos y se escuchaba mucho a la gente hablando, así que se generaba un rebote importante. En la cabina habitual del club, estaba la nave de edición, entonces toqué mirando a la nave. No estás mirando a la gente, estas mirando cámaras, luces y los técnicos, es diferente. Pero la repercusión estuvo bien, le puse mucha energía el set, era un lugar para mostrar lo que vengo haciendo y lo aproveché.
-¿A vos te gustó la edición porteña?
Personalmente no, me parece que por haber sido la primera edición estuvo perdida en concepto artístico. Sí me gustó la variedad de estilos, pero yo creo que tenemos un potencial de puta madre para mostrar, artistas de culto que podrían haber dejado muy bien parada a la escena argentina. No sé, por decir algunos, Gustavo Lamas o Leandro Fresco, hubiera arrancado con un set ambient de alguno de ellos, o el mismo Franco Cinelli, que no estuvo.
Yo igual esto lo hablé con Barem, porque un chico después de mi aparición en el Boiler de Berlin, me dijo: "Vos tendrías que haber estado en Buenos Aires". Y yo le contesté que por concepto y sonido prefería debutar en Berlin, porque era más acorde al sonido mío, con un line up techno. Puse eso y Barem me preguntó por qué bardeaba, le dije que no bardie, solo di mi opinión, en mi muro. Creo que fui de los pocos artistas que no hizo un comentario o bardeó en su momento, pero si me preguntan no voy a mentir.
Y le dije a Mauricio, ¿Vos crees que yo estaba acorde para tocar en el Boiler de Buenos Aires? Me dice que sí, está bien para mí no, son diferentes puntos de vista, diferentes opiniones, ahí quedó.
-Te tocó de cerca la época dorada de Cocoliche ¿Qué te genera hoy verlo cerrado?
Me hubiera gustado que siga, era el lugar ideal para lo que hacemos, pero es muy complicado cuando hay tantos socios implicados con ideas diferentes. El último tiempo no estuve presente que fue cuando se dio todo el cambio. Los últimos dos años estuvo involucrada otra gente, con la que yo no comparto absolutamente nada, gente que viene del psy, y ahí está el resultado. No se pudo seguir el concepto de lo que era el club, a pesar de que se usaban algunos de los artistas que venían trabajando en el pasado.
Fue una etapa que disfrutamos mucho y que va a quedar en la memoria de todos, de los djs, de los clubbers y hasta de los djs de afuera, se vivieron muchas noches épicas. Si hay que pensar en Cocoliche, prefiero hacerlo sobre esos momentos, que en todo lo negativo que vino después.
-Hace un año que dejaste de tomar alcohol ¿Cómo fue ese proceso?
Fue una lucha de años, porque siempre supe que el alcohol no era para mí, pero en este ambiente, es muy difícil controlarse o tener cierta disciplina. Intenté miles de recursos que funcionaron por meses o semanas y nada más.
Hasta que junto con mi evolución personal, que va muy de la mano con lo espiritual, decidí ir a Perú, a tener una experiencia con la ayahuasca, junto a un amigo local que nos hizo la introducción con el chamán. Mi objetivo era ese, dejar el alcohol. Lo hablé con el chamán y él sabiendo eso, direccionó la ceremonia, la dosis y la energía. La experiencia fue increíble, muy positiva. Después de eso no solo dejé el alcohol, sino que se me abrieron muchas percepciones, con la música también, empecé a escucharla de otra manera, a entender como trabajan las frecuencias, lo que producen en el cerebro, en el cuerpo y en el alma. Es muy fuerte.
Por eso el álbum tiene un sonido diferente a todo lo que hice antes. Toda esa experiencia está puesta en el álbum. Los primeros tres meses es como que fui procesando todo internamente, y recién después del tercer mes recibí una energía que fue como un parto: sufrí, lloré y ahí se terminó todo. Es como morir para liberarte del ego. Desde entonces si hubo situaciones negativas, las pude encarar desde un lugar mucho más maduro y conciente.
Enlaces:
facebook.com/JonasKoppMusic
Entrevista: Damián Levensohn
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