EDUARDO DE LA CALLE
"Se puede vivir sin Internet"
Mediodía invernal en Buenos Aires, tarde de verano en Cádiz. Una llamada telefónica nos pone en contacto con Eduardo De La Calle. El tono cálido y profundo de la charla no demora en instalarse. Sin casete, nos sumergimos junto al español -que se presentará en pocos días en Buenos Aires-, en temas que llevan de la mano lo artístico y lo espiritual, dos caras que tienen íntima relación para un artista que nos regala más de una reflexión para el recuerdo.
-Hace un par de años tomaste la decisión de dirigir Beatz, un documental sobre la escena con una buena cantidad de invitados estelares ¿Cómo fue que te pusiste al frente de ese proyecto?
Viene del lado más utópico de mi personalidad, porque pensaba que el mundo de la música tenía lazos de unión entre los artistas y había una jugada en equipo por hacer. Pero con el documental fue milagroso, porque vi que no existe tal unión, la competitividad es muy fuerte. Los djs somos tiburones, hay cada vez menos visión en equipo y compañerismo. Los artistas están llenos de miedos, rabias, status, de cosas que son realmente un freno para lo humano. No desarrollan ninguna cualidad positiva, es un reflejo social.
El documental está muy bien porque tiene un mensaje, quizás un poco largo y no acaba de ser muy dinámico, pero lo tiene, hay que pararse un poco y verlo. Pero ahora, nuestros patrones de conducta como artistas son muy sincopáticos, cada vez más esquizofrénicos, nos movemos en unos registros de mucha velocidad, no paramos, no leemos, no asimilamos, no digerimos nada.
-¿Es algo particular de la profesión o general de la sociedad?
La sociedad va en esa dirección, hacia el consumismo, el stress, consumir rápido. La película es todo lo contrario, hay que sentarse tranquilo para ver el mensaje.
BEATZ, el documental creado por Eduardo De La Calle
-¿Se puede desde lo personal escapar a esa dinámica frenética?
Si claro, se puede escapar de Internet y todo lo demás si uno quiere. Es fundamental que volvamos a la lectura, a las tiendas de discos, a la práctica de disciplinas como el yoga o cualquier tipo de deporte, la buena alimentación. No creerse nada de los médicos. Te hablo desde enfermedades psicosomáticas hasta las más físicas, pasando por conocimiento deportivo, música, filosofía.
Hay montón de información en libros, eso está a la mano de cualquier persona. Yo abogo mucho por ese tema, la tecnología hoy la podes usar para formarte, pero estoy descubriendo últimamente mediante el estudio mucho más severo y cercano de la ufología, que lo que hay en internet no vale para absolutamente nada, hay que leer libros e irse hacia atrás, en los años 70s, 80s uno puede llegar a conclusiones mucho más cuerdas y realistas.
Internet es como un pozo, hay algunos residuos de algunas verdades, pero el resto parece que está diseñado para confundir aún más a millones de entusiastas, entre los cuales me incluía hasta hace muy poco. Tengo que reconocer que ha sido un poquito chocante tener acceso a estos libros que me está recomendando una persona cercana, un investigador. Me estoy dando cuenta que Internet es una cortina, a nivel tecnología está muy bien para comunicarse y para recabar ciertos datos, pero hay que andarse con mucho ojo porque no es lo que parece.
-¿Consideras que la expresión artística puede ser un elemento de catarsis en este contexto?
En mi caso, tengo que estar bien primero para transmitir luego algo. No me sirve el medio como fin, me sirve el fin como medio. Sino, lo que transmito (hablando pronto y claro) es una mierda. Quiero decir, si no estoy en equilibrio previamente, me voy ayudando a llegar al momento del set en un estado mental positivo, entonces puedo conectarme a esa práctica disciplinaria que es poner música y a través de esa práctica puedo transmitir un mensaje coherente. La enfermedad la tengo que curar antes de ponerme a jugar con el remedio. Comprendo que para muchas personas puede ser el remedio para sus problemas, porque la música es sanadora eso está claro, pero una cosa es escuchar una canción para mí y otra cosa es mezclar canciones, llevar adelante un discurso y poder transmitir algo.
-En videos y entrevistas de hace algunos años se te veía tener una opinión bastante radical sobre el tema analógico/digital ¿En qué momento te encontras al respecto?
Tengo que reconocer que a través de los últimos años he mutado hacia una democratización interna de mi propia opinión. Estoy mucho más abierto a nuevas tecnologías, mas allá de que sigo pensando que es importante volver hacia atrás. Pero sí, tengo que admitir que ese mensaje con tintes radicales que he dado, ahora mismo no me representa. Estoy en un proceso de asimilación de lo que es el mundo digital y como me puede ayudar a llegar a muchas más personas.
El discurso de que alguien pueda tener acceso a la música por 1 dólar en vez de por 10, pienso que en si es positivo, pero por otro lado, creo que cuando yo era joven no había teléfonos móviles y nos comunicábamos igual. Y si queríamos dinero para discos, cada uno sabia como hacerlo.
Hoy, la gente joven gasta mucho dinero, pero también es interesante que si Juan Atkins saca un álbum solo en digital -como pasó hace poco-, está guay que una persona de 15 años pueda acceder a ese material por 1 dólar, está súper bien.
Siempre le digo a los jovenes que tienen que ir a las tiendas de discos si quieren realmente aprender. También pasa que hay países en los que no hay tiendas, el mundo digital es un mundo interesante y necesario si se va utilizar con coherencia. Es un mundo de posibilidades infinitas que acerca al consumidor a tener acceso a cosas que de otra manera no sería viable. En países como Argentina que está todo el tema de las aduanas y los bloqueos, es algo muy interesante. Un tío con un pen drive puede tener un discurso muy interesante de 8 o 10 horas, eso es un hecho. Estoy muy alejado de mis opiniones iniciales.
-¿Cómo se dio ese cambio en tu visión?
Es un cambio que ha venido de la mano de la experiencia y el empirismo a través de poder viajar por todo el mundo, hacerme profesional y ver las cosas desde un prisma mucho más amplio.
-Son muchos los artistas consagrados que en los inicios de su carrera trabajaron en tiendas de discos, vos sos uno de ellos ¿Cómo recordas esa época?
Era un deseo que iba muy marcado dentro de mi. Me identificaba mucho con la música en todas sus vertientes y aspectos, no solo producir y pinchar me atraía, sino también el tema de cómo se manufacturaba un disco, el proceso de mastering, la fábrica, compartir con personas que tuvieran una vida en la que la música fuera algo central. Ese es el tipo de personas que me gustaba frecuentar y lo que me enriquecía.
Desde que tenía unos veintipocos años ya tenía una tienda de discos. Pasé tantas horas en tiendas que cuando hubo una vacante ahí estaba yo, que estaba todo el puto día metido en la disquería como cliente. Tuve la suerte de trabajar en Tazmania, de Barcelona, que tenía el stock más grande en aquel entonces, era una tienda de la que también tenía una franquicia Alex Under en Madrid. Luego, dejé la marca y me fui con Angel Molina y Paco Osuna a otra tienda. Así, fue mi juventud desarrollándose hasta que me mudé a Alemania y dejé un poco ese trabajo.
-¿En qué ciudad estás residiendo?
Actualmente resido en Cadiz, me gusta mucho estar cerca del mar y por supuesto tengo que tener cerca un aeropuerto con buena cantidad de vuelos, como lo es el de Málaga. Por el momento, no quiero vivir en grandes ciudades. Me gusta mucho Londres, le tengo un cariño muy especial porque reúne una serie de cualidades difíciles de encontrar en otro lado, Hong Kong también me gusta mucho, pero al día de hoy no creo que me mueva a ninguna de esas ciudades, aunque a futuro si puedo tener una doble residencia, no me disgustaría.
Como primera residencia necesito la naturaleza, el mar, poder desconectar y vivir en un clima para mi manera de ser. Desarrollar mi actividad de una manera que no sea demasiado estresante.
-¿La ciudad en qué vivís marca la música que vas produciendo?
No, la ciudad en sí no, es el modo de vida que uno elige. Tengo que admitir que la música es un reflejo de la manera en que uno piensa, siente y vive. He hecho discos en un estado mental bastante catatónico, por decirlo de alguna manera, y nadie se dio cuenta. Era un estado mental de frustración que no me impidio hacer muy buenos discos. No me gusta, pero tengo que admitir que los he hecho, y yo mismo he dicho: "Ostia, se puede trabajar sintiéndose uno mal".
El trabajo es un refugio importante en la vida de cualquier persona, sea cual fuere el trabajo. Estar inactivo y de un modo parasitario con uno mismo y los demás, es algo que no recomiendo. El descanso es necesario a veces pero creo que la actividad es el motor que mueve al ser humano y es lo que nos caracteriza como seres creativos.
-Últimamente se habla mucho de artistas en crisis por picos de stress o incluso suicidios ¿Cómo analizas la situación?
La mayor pandemia que tiene el ser humano es el suicidio, hoy por hoy es una plaga. Por ejemplo, en España hay -por año- el doble de muertos por suicidios que por accidentes de tránsito. Pero esto no sale en la TV. Millones de personas mueren al año por suicidios en el mundo. En el mundo de la música siempre estuvo ahí presente. Y siempre estuvo la muerte por sobredosis de drogas, no es nada nuevo.
El ser humano está desarrollándose hacia el factor económico, dejando lo espiritual de lado. Estamos cada vez más alejados de nuestro centro interior, en consecuencia también del exterior. Los líderes que tenemos son muy pobres en cuanto a conocimiento espiritual. Hoy, por ejemplo, que he tenido acceso a conocimiento espiritual tampoco voy a ser líder de nadie porque hasta que no pueda ser mi propio líder y mi propio héroe, no creo que pueda ayudar a nadie. Pero, tengo que admitir que es un camino duro, no es para todo el mundo.
En ese sentido, recomiendo una alimentación saludable, hacer deporte y consumir lo menos posible o nada, sustancias como el tabaco. Las drogas no creo que sean recomendables ni que puedan ser de alguna manera necesarias, o que haya sustancias de las que podamos aprender, cada uno es libre de hacer lo que quiera.
Creo que a veces es necesario sufrir para crecer, pero si hay otros caminos bienvenido sea.
-¿En qué momento de la evolución crees que se encuentra el sonido techno y house?
Hay un movimiento salido de New York, con artistas como DJ Qu, Black Jazz Consortium y Levon Vincent, haciendo cosas muy interesantes entre el house y techno, son de los artistas "emergentes" de la última década que más me gustan. Por otro lado, cosas techno constantemente van saliendo. Siempre veo a la música electrónica en un buen momento.
Por ejemplo, tengo un nuevo proyecto, "Lost Epcot", después de haber escuchado obras de Aphex Twin, Boards of Canada y Autechre, decidimos con Fernando Orbe -un artista emergente de Madrid del cual estoy aprendiendo mucho- trabajar juntos en este álbum que saldrá en unos meses. No deja de ser un proyecto que hace tributo a antiguos trabajos de esos artistas, seguimos pensando que lo antiguo es lo que lleva el mensaje, la energía y es lo que se puede mezclar de una manera interesante con lo nuevo, para resultar en algo fresco y actual.
Es la responsabilidad del artista adherir a nuevas maneras de producción e ideas al contexto y proceso de producir una canción. No deja de ser un proceso donde la imaginación tiene un lugar muy importante, pero para que una persona sea imaginativa y creativa tiene que vivir en un estado constante de reinvención de sí mismo, y para vivir en ese estado es necesario que se den ciertos parámetros que no se pueden dar todo el rato. Hay artistas que se mantienen creativos toda su vida, otros no.
Volviendo a la pregunta, en general, veo bien al house y techno, aunque hay vertientes que están un tanto atascadas y mueven mucha gente. No quería decir nombres, pero lo haré: música como la de Marco Carola. Comparto la opinión de Dave Clarke quien dice abierta y claramente que es una música atada a ciertos patrones que guardan una energía súper pobre, donde la creatividad, la transmisión de influencias o sentimientos no tienen lugar, es una música que deja bastante que desear y está acaparando a un público masivo.
Ese es el estado mental de mucha gente. Un estado de catarsis, de hipnotismo por la mala alimentación, Internet, la TV, la radio, la literatura de baja calidad, las relaciones familiares caóticas. Factores que hacen que una persona llegue a un punto donde se transforma en un zombie, y es muy difícil sacarlo de ahí, es un mundo sórdido en el que puede caer cualquiera. Todos pueden ser víctimas de sus más bajas pasiones e intuiciones, con esto me refiero no solo al mundo artístico sino a muchos otros campos donde el ser humano puede caer en un abismo.
No me estoy desmarcando de esta zombieficacion, yo intento de algún modo siempre estar alerta para dar lo mejor de mí, ante todo para conmigo mismo. No te creas que es fácil, uno por ejemplo va a Ibiza y puede ser absorbido por una serie de factores que están ahí.
-Te convertiste en una figura muy requerida en nuestro país ¿Cómo sentís cada visita por estos lados?
Me siento muy agradecido de ser un personaje ya reconocido en Argentina -gracias a la labor de Joel y su equipo- me ha dado la oportunidad de bucear en el mercado sudamericano y situarme de una manera sólida. Es siempre una alegría y un nuevo desafío tocar ante el público argentino, porque ellos tienen una comprensión de la música muy especial, autentica, son gente sensible, tienen una visión amplia. Un espectro que muchos otros países quisieran llegar aunquesea a la mitad. Para mí, siempre es una nueva experiencia rica en matices, estoy muy contento de poder conectar con su público una o dos veces al año.
-Esta vez te vas a presentar en una fiesta outdoor diurna ¿Cambia el contexto de la locación la manera en que encaras el set?
No hago mucha diferencia entre diurno y nocturno. Lo importante es que haya buena acogida, que haya interés y el espacio esté en niveles aceptables. Creo que cuando hay una respuesta del público a lo que el club o promotor ofrecen, partiendo del discurso musical, me da igual en que momento del día sea. Se trata de intentar ser libres por unas horas, conectar con el arte, con uno mismo y con valores un poquito más elevados a través de la música.
Eduardo De La Calle se presentará el domingo 23 de septiembre -desde las 18hs- en el ciclo West (Av. 2da. Rivadavia 14751, Ramos Mejía). En caso de lluvia el evento se trasladará a Under Club de Palermo.
Enlaces:
facebook.com/EduardoDeLaCalle
facebook.com/events/273518139871511
Entrevista: Damián Levensohn
Artistas Relacionados:
Eduardo De La Calle
-
Juan Atkins
-
Alex Under
-
Angel Molina
-
Paco Osuna
-
DJ Qu
-
Black Jazz Consortium
-
Levon Vincent
-
Lost Epcot
-
Aphex Twin
-
Boards of Canada
-
Autechre
-
Fernando Orbe
-
Marco Carola
-
Dave Clarke